1. El sabor de mi bebé.


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Incesto Intercambios Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... …
    
    Le escucho decir en voz alta. Me quedo en silencio con mi coño bañado con su semilla. Conmigo podría depositar todo el semen que quisiera, tengo un dispositivo en mi coño. Se sorprende al verme salir desnuda de debajo de su cama. Me acuesto sobre su cama con las piernas abiertas:
    
    —¡Conmigo no tienes que ponerte un condón, bebé! …
    
    Le digo mirándolo a los ojos. Me mira con los ojos muy abiertos. Nos hemos visto muchas veces desnudos, pero esta es la primera vez que me ve desnuda sobre su cama y ganosa, veo como su pene se inflama y crece a sus diecinueve centímetros fabulosos. Se sube sobre la cama y yo tomo su erección:
    
    —¿Mama? …
    
    Lo tiro sobre mí y pongo su obelisco de carne en contacto con mí hendidura empapada; está un poco desconcertado, pero las pulsaciones de su pene me dicen que está caliente:
    
    —Solo empuja, hijo … estoy totalmente bañada por ti …
    
    —¡Mmmmm! … ¡Mamá! … ¿Es eso posible? …
    
    Me mira y siento la presión de su glande separando mi labia vaginal ardiente:
    
    —Sí, bebé … bombea a tu madre … yo tengo un dispositivo intrauterino …
    
    Me posesiono de sus nalgas y lo empujo dentro de mí:
    
    —¡Hmmmm, bebé! … ¡Eres más grande que tu padre! … ¡Ummmm! …
    
    Empuja hasta que su pelvis choca contra la mía, su pija entera está dentro de mí:
    
    —¡Ummmm! … ¡Maamaaa! …
    
    Mauro comienza a follar y yo abro más mis piernas para recibir todo lo que me puede dar. Me mira y se agacha a chuparme un pezón. Me parece de sentir su boquita de bebito cuando lo alimentaba con mi leche, ahora me chupa las tetas y me entierra su pene con gallardía y potencia.
    
    —¡Ah! … ¡Ah! … ¡Ah! … ¡Lo estás haciendo divinamente bien, bebito! … ¡Ah! … ¡Ah! … ¡Ummmm …
    
    Mauro gime y siento su pene grueso y caliente que ensancha mi coño, continua a comerse mis tetas con asombrosa agilidad, sus movimientos de caderas son enérgicos, me folla como un macho folla a su hembra, me posee.
    
    Me mira directamente a los ojos con una increíble ternura mientras entra y sale de mi coño, en su mirada hay más que amor:
    
    —¡Oooohhhh! … ¡Maamaaa! …
    
    Me dice jadeando y besándome el cuello y el lóbulo de mi oreja izquierda, entonces lo animo:
    
    —¡Lléname! … ¡Lléname toda! … ¡Lléname con tu semen, bebé! …
    
    Me mira con ojos desesperadamente abiertos y siento pulsar su polla que se engrosa dentro de mí. Estoy esperando su semilla. Empujo sus nalgas con mis manos y lo amarro firmemente con mis piernas:
    
    —¡Ooohhh! … ¡Mamá! … ¡No puedo! … ¡No! … ¡Oh, no! … ¡Aaaahhhh! …
    
    Pero no podía detenerse, la natura lo venció y se corrió dentro de mí. Lo mantuve aprisionado con brazos y piernas mientras mi propio orgasmo me hacía convulsionar bajo su peso sintiendo los chorros de esperma que bañaban mis paredes vaginales. Continué follándolo y cada vez que disparaba un chorro de lefa en lo profundo de mi coño, más me abrazaba a él y lo retenía dentro de mí:
    
    —¡Mamá! … ¡Mamá! … ¡Yo! … ¡Yo! … ¡No! … ¡No puedo, mamá! …
    
    Su pene se vació completamente dentro de mí y luego lacio y ...