El sabor de mi bebé.
Fecha: 05/06/2019,
Categorías:
Incesto
Intercambios
Sexo con Maduras
Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30
¡Hola!, soy Carolina, poseo un hermoso y longilíneo cuerpo, con senos 36D y un coño siempre caliente en busca de tener algo que lo llene. También tengo un hijo adolescente que tiene novia, a veces más de una y encuentro condones usados en su cuarto. Exprimo la lechita en mi coño y me froto hasta chillar de goce y placer. Es una gran estimulación para mi panocha.
Yo tengo treinta y seis, mi hijo Mauro dieciséis y su novia Tamara quince, con pequeños senos todavía en desarrollo y un culo redondo y firme. Hace algunos días lo escuché follando enérgicamente a la muchacha, miré por la abertura de la puerta, ella lo estaba montando y saltaba como una loca sobre su polla:
—Dámelo todo bebé … llena mi coño tesoro … dámelo … ¡Ha! … ¡Ha! … ¡Ha! …
Él jadea diciendo:
—Tómalo pequeña puta … haz que me corra en tu apretado coño … ¡Hmmmm! … ¡Ooohhh! …
La tira de sus senos y se corre violentamente dentro de la chica. La muchacha se recompone luego de unos momentos, le saca el condón lleno de semen y lo tira sobre la cama, después chupa la polla todavía dura. Cuando veo que comienzan a vestirse, me alejo y bajo las escaleras. Cuando los escucho bajar, finjo de subir a mi cuarto y los encuentro en las escaleras, mi hijo tiene su rostro enrojecido y la chica esta con el cabello un poco en desorden, pero se ven bien:
—Mami … vamos al cine … volveré temprano …
—Hasta luego señora …
Me saludan y se van. Antes de que estén fuera, recojo el condón lleno de semen. Lo tomo con cuidado porque no quiero perder ni una sola gota de ese precioso tesoro:
—¡Hmmmm! … esperma fresco …
Me recosté en la cama de mi hijo con las piernas bien abiertas; metí mis dedos en el preservativo de color piel y los saqué embadurnados de esperma, parecía todavía tibio. Me metí los cinco dedos en mi panocha y la estiré al máximo:
—¡Aaaahhhh! … ¡Qué bien se siente esto! …
Tengo todos mis dedos en mi coño, exprimo toda la lechita en mis labios calientes, me unto la concha hasta la última gota; con dulzura froto mi clítoris con un dedos. Con mi otra mano aplasto mis tetas y en segundos un orgasmo bestial sacude todo mi cuerpo. Me revuelco sobre la cama de mi hijo y exhausta me quedo dormida. Tres horas después me despierto con el ruido de los chicos que regresan, rápidamente recojo mi ropa y me escondo debajo de la cama, ellos entran al cuarto, Mauro deja caer sus jeans y boxers al suelo, pero están discutiendo:
—¡Acaso estás loco! … ¡No podemos hacerlo sin condón! … ¡no tomo la píldora!, ¿entiendes eso? …
—¡A la mierda con la píldora! … ¡Quiero follarte sin condón! … ¡Es así como debe ser! …
—¡Eso no va a suceder! … ¡Con, está bien! … ¡Sin, nada que hacer! … ¡Ni lo sueñes! …
—Entonces ándate con tu puto coño a otra parte … vuelve cuando quieras hacerlo sin condón …
—¡Mauro! … ¡Eres un estúpido! …
—¿Ah? … ¡Follar con condón es estúpido! …
—¡No! …
La escucho salir de la habitación en sollozos y se va.
—¡Maldición! … ¡Estúpidos condones! ...