1. Mis odiosas hijastras (6)


    Fecha: 04/06/2019, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... novia —dijo Valentina, terminando de contar una anécdota a la que apenas había podido seguirle el hilo.
    
    —¿Vos tuviste muchas novias Adri? —preguntó Sami, mientras sentía cómo su hermana mayor empezaba a masturbarme—. ¿Les mentiste mucho?
    
    Ahora que el contacto era piel a piel, la sensación se volvía más intensa. Pensé que Agos se percataría de que, ahora que debía responder, lo ideal sería que sus masajes fueran menos intensos, pero como si lo hiciera a propósito, hizo algo que me enloqueció. Primero soltó la verga, lo que imaginé que hacía para dejarme hablar sin problemas.
    
    —Bueno, no tanto. La verdad no tuve muchas novias —dije, y entonces Agos metió su mano de nuevo en mi pantalón. Pero esta vez había algo diferente. La mano estaba mojada (supuse que con saliva), y ahora se frotaba con fruición en el glande, generando un placer tan intenso, que me dificultaba muchísimo seguir hablando—. Además, fueron más las veces que me mintieron a mí, de las que yo les mentí a ellas —aseguré.
    
    Me había costado mucho decir todo eso sin interrumpirme. Agos seguía masturbándome con maestría, dejando en claro que no era la primera vez que lo hacía. Me pregunté qué pasaría si acababa ahí mismo. Quizás el olor a semen me deschavaría. Era cierto que estaba cubierto por las frazadas, que ocultarían en parte el olor, pero no estaba del todo seguro, pues el espacio era muy pequeño y estaba cerrado. Cualquier olor intenso que surgiera de improviso, sería captado con facilidad.
    
    De todas formas, ni loco haría que Agos se detuviera, mucho menos ahora que se la veía tan entusiasmada, manipulando mi verga con la misma familiaridad con la que manipularía la palanca de cambios de un automóvil.
    
    Llevé mi mano a su nuca, y empujé hacia abajo. Pero esta vez sí, se mantuvo firme, sin si quiera inclinarse un poco. Lo ideal hubiera sido que se tome toda la lechita, pero supongo que eso era demasiado pedir para Agos. No quise insistir mucho con eso, porque lo que estaba haciendo ya de por sí era mucho. Exigirle más que eso sería una bajeza de mi parte.
    
    Igual, sospechaba que la eyaculación sería poco abundante. No me quedaba otra que acabar dentro del mismo pantalón. Luego iría a cambiarme de ropa interior y asunto terminado.
    
    Pero entonces Agos frenó la masturbación. Insistí en que lo hiciera, pero esta vez fui yo el que tuve que desistir, para evitar hacer demasiado ruido. Me quedé con la verga más dura que nunca. Pero no podía molestarme con Agos. Era entendible que no quisiera que hiciéramos ninguna chanchada como esa frente a las otras. En el momento de calentura podía hacer cualquier estupidez, pero debía reconocer que lo mejor era no tener un orgasmo ahí mismo.
    
    De repente sentí que Sami me agarraba del brazo y apoyaba su cabeza en mi hombro. Temblé al pensar en lo que podía ocurrir si hacía un mínimo movimiento en falso. La rubiecita podría sentir mi erección, cosa que sería muy incómodo para ambos. No me faltaban ganas de comerme a esa chiquilla, pero ...
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