1. Mis odiosas hijastras (6)


    Fecha: 04/06/2019, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... hablaba, apoyé mi mano sobre el muslo desnudo de Agos. Hubiese querido que ella apoyara su mano en la mía, pero la mayor de las hijastras seguía en la misma actitud que había tenido en el baño: no hacía nada, pero dejaba que le hiciera todo—. Lo de elegir una sola pareja sexual es una cuestión cultural, que tranquilamente puede cambiar —terminé de decir.
    
    —Además todos terminan gorreando a la pareja ¿No es cierto Adri? —dijo Valen, sin ninguna piedad.
    
    Pendeja forra, pensé. Ella mejor que nadie sabía que Mariel me metía los cuernos, y ahora hacía ese comentario de mierda solo para molestarme.
    
    —Bueno. No estoy de acuerdo. Algunas parejas son muy fieles.
    
    —Claro, además, para qué te vas a poner en pareja si querés estar con otras personas —dijo Sami.
    
    La charla siguió, mientras escuchábamos las gotas de lluvia chocar contra el vidrio de la ventana. Se notaba que llovía poco, pero las gotas era muy gruesas. Mi mano subió lentamente, sin que Agos pusiera reparos en ello. Pero cuando empecé a masajear su sexo a través del short me detuvo con su mano. Entonces, algo exasperado, la agarré de esa misma mano y la llevé a mi entrepierna. Mientras tanto, Sami me preguntaba algo que solo alcancé a entender a medias.
    
    Hasta el momento, todo sucedía debajo de las frazadas, por lo que aunque se encendiera la luz de alguno de los celulares, el manoseo quedaría oculto. Pero el último movimiento había sido muy brusco, y hasta habíamos hecho cierto ruido. Quizás por eso fue que Agos me siguió la corriente, y empezó a masajear mi verga por encima del pantalón.
    
    —Sí, tengo tres hermanos —dije yo, respondiendo a la pregunta que me había hecho Sami.
    
    Ella hizo algún comentario sobre lo raro que resultaba que recién ahora se enteraran de ese detalle. Pero me costó seguirle el hilo a lo que decía después. Por suerte Valentina había intervenido, y hablaba de un chico con el que había salido. Agos también hacía sus acotaciones mientras frotaba mi verga tiesa a todo lo largo. Al palparla ya completamente erecta, pareció tentarse, y yo ya no tenía que ejercer presión sobre su mano para que me masturbara.
    
    Debía hacer un esfuerzo increíble para no jadear. De hecho, lo más oportuno hubiera sido detenerla en ese momento, pues ahora su mano se movía con total soltura. Eran movimientos lentos, para evitar hacer ruido por la fricción de la mano con la gruesa tela de jean. Entonces decidí hacer algo arriesgado.
    
    Por suerte no estaba usando cinto, pues me había vestido con premura y no me había molestado en ponerme uno. Así que desabroché el botón del pantalón, y bajé el cierre un poco.
    
    Agos entendió a la perfección lo que debía hacer, pero dudó durante unos segundos. Tuve que instarla a hacerlo, guiando su mano hacia adentro del pantalón. Si bien estaba completamente al palo, mi verga aun no largaba presemen, ni estaba pegoteada. Sentí la cálida mano de la princesa de la casa envolviendo el duro tronco.
    
    —… Y el estúpido me dijo que había vuelto con la ...
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