1. El nuevo de la oficina


    Fecha: 03/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... su cuerpo hace que su pene se mueva un par de veces rozando mi brazo, cubierto colo por un poco de tela.
    
    - Creo que ahora esta bien… yo… yo puedo terminarlo y… - digo titubeante, cuando de pronto hace algo completamente inesperado.
    
    Repentinamente me jala suavemente el pelo para que mi cabeza quede hacía arriba y me besa. Me ha tomado por sorpresa, siento como sus labios besan los míos y luego su lengua explorando mi boca, por un momento me dejo llevar por la placentera sensación que me provoca su atrevimiento, hasta que una voz dentro de mi cabeza me alerta y lo aparto, me pongo de pie empujando la silla a un lado.
    
    - ¿Qué crees que estás haciendo? Soy casada, no te permito que…
    
    La voz me abandona cuando mi mirada baja instintivamente al bulto en su pantalón, es grande, mucho más que mi marido, camino hacia atrás hasta chocar con el librero, quiero resistirme pero no puedo dejar de mirarlo, lo deseo con tanta intensidad que noto la humedad de mi entrepierna.
    
    El avanza hacia mí con firmeza, mete una de sus manos por detrás de mi cabeza, colando sus dedos entre mi cabello y se acerca a mi, pienso que me va a besar pero se detiene, un centímetro antes de besarme, se queda ahí, haciéndome erizar al sentir su aliento, mientras con su otra mano comienza a acariciar mi cintura y espalda, no se moverá si no lo hago primero, me hace creer que tengo el control de la situación pero es él quien se adueña de todo. Mi corazón palpita con celeridad y mi pecho sube y baja rápidamente, pero el no ve la generosa porción de mis tetas que escapa del escote, tampoco ve mis labios, solo me mira a los ojos, me intimida, me atemoriza, quiero escapar pero mis piernas no responden y entonces mis labios me traicionan y se prendan a él, besándolo con pasión, deseando sentir su lengua jugando con la mía.
    
    Él baja su mano a mis nalgas y comienza a acariciarlas con firmeza, me carga con una mano en ellas y la otra en mi cabeza, me sube al escritorio y sube mi vestido. Me asusto un poco cuando jalonea mi tanga y la destroza, entonces pasa sus dedos entre mis hinchados y húmedos labios, una sonrisa en su rostro se dibuja al sentir la humedad y el calor que desprende mi sexo.
    
    Sin la más mínima contemplación mete dos de sus dedos mientras estimula mi clítoris con el pulgar. ¡Por dios! ¡Siento un placer increíble! Me doy cuenta de lo excitada que estoy y busco su pene con mi mano, pero él la retira, me saca los dedos y utiliza sus manos para llevarme los brazos a la espalada, los sujeta con una de sus grandes y poderosas manos mientras la otra vuelve a donde estaba. Mis gemidos son sonoros, pero nadie puede escucharlos, la única persona en las instalaciones es un policía que se encuentra en la entrada del edificio, muy lejos de nosotros.
    
    Sus dedos entran y salen rápidamente mientras su pulgar me vuelve loca, los gemidos se hacen más fuertes, los espasmos de mi cuerpo delatan mi grado de excitación, estoy a punto de venirme cuando él saca sus dedos y da un paso ...
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