De electricista a ginecólogo nueva edición - Relatos Eróticos

De electricista a ginecólogo nueva edición

... perder esta oportunidad

Me levante de la silla con una gran erección, para después colocarme a su lado derecho, diciéndole, ya que ahora pensaba tocarle sus bellos senos.

–ahora relájate, si quiere cierra los ojos, es muy importante saber si todas tu zonas sensibles no han sufrido alguna reacción anormal o atrofia por tomar las pastillas, si veo alguna anormalidad lamentablemente tendremos que suspender el suministro de las pastillas y comenzar otro tratamiento.

Le dije lo de suspender la pastilla, solo para tener más control de ella, ya que no tenía ni puta idea de cuál recomendarle si me preguntaba, luego le indique que se corriera a la parte de arriba de la camilla, para liberar sus piernas del aparato donde estaban montadas, por lo que quedo estirada boca arriba, con sus piernas medio abiertas, se veía realmente bastante sexi creo que nunca se borrara de mi mente su belleza y dejándome todos sus atributos a mi disposición.

-está bien doctor, pero espero que por favorcito no tenga que cambiarme el tratamiento además que esas pastillas son muy costosas y de salida ya me compre varias cajitas jijijiji

-tranquila muñequita, solo relájate estoy seguro que las podrás seguir utilizando.

Con mis palabras se relajó un poco, cerró los ojos y dejo sus brazos a los lados.

Yo con mi mano izquierda, viendo sus senos redondos y duros por la juventud, mientras hacía que buscaba algo, en su estómago, vientre, y por la parte baja de sus senos, el cuerpo se le erizaba a mis contactos, luego con mi mano derecha comencé a tocar sus rodillas y sus piernas.

Su respiración ya era como entre cortada y hasta se mordía sus labios, de seguro aguantando sus gemidos. Luego roce sus pezones con la punta de mis dedos, que de inmediato se le pusieron duros al contacto con mis dedos, viéndola como estaba con una de mis mano busque su monte de venus y ella misma aflojo sus piernas, para no hacerle presión a mi mano

Por lo que pude comprobar que la niña estaba bastante mojada, así que también masaje y acaricie su clítoris.

No sé qué tan correcto era el examen que me estaba haciendo el doctor, que apenas estaba conociendo, pero no me quedaba de otra que confiar en él, y para ser franca, me estaba gustando mucho, ya que conociendo al doctor Ramírez él no me hubiera hecho ni la mitad de lo que me estaba haciendo su colega, además que el cuándo me tocaba se colocaba guantes y este doctor, al parecer no los usaba tenía que reconocer que el contacto directo de sus manos, que con mucha vergüenza sentía que me estaba humedeciendo, ya que el contacto piel con piel, hacían todo un poco más placentero, y yo de impaciente le volví a preguntar, solo para saber cómo iba todo.

-doctor como me siente cree que estoy bien?, será que pueda seguir tomando las pastillas?

Yo aprovechando cualquier oportunidad y para echarle más leña al fuego dije algo dramático

-no, se, todavía, tengo que seguir explorando, pero también quiero decirte, que si te sientas mal con ...