Voyeur, el placer de espiar 81 - Relatos Eróticos

Voyeur, el placer de espiar 81

... nuestra tía, salpicando el traje y sus pechos con su corrida, me lancé a limpiar sus tetazas y su coñito con mi lengua para saborear el fruto de su orgasmo.

Era la primera vez que se corría de aquella manera, no sabíamos si por ser presa de la lujuria o por entregarse la noche de bodas a su macho en vez de a su marido, el cual había aceptado su cornudez por amor, o por haber reprimido sus ganas de sexo durante una semana. Su traje se había manchado con su corrida, lo cual la preocupó. Yo había hablado con Encarna sobre las posibles manchas que pudiera tener el traje la noche de bodas, la cual me dijo que las manchas le saldría bien si se lavaba el traje en la tintorería. Le dije a mi hermana que no se preocupara por las manchas, que yo llevaría su traje a lavar en la mejor tintorería de Sevilla.

Ella me besó y me pidió que me tumbara en la cama, se sentó en mi polla clavándosela entera, literalmente me folló, yo subía mis caderas para que la penetración fueran profunda, se tumbó encima de mi pegando sus pechos a los míos, flexioné las rodillas y agarrando su cintura empecé a follarla mientras la besaba, ella gemía en mi boca moviendo sus caderas buscando de nuevo su placer, sus gritos cada vez más intensos, mis embestidas más rápidas provocaron un nuevo orgasmo en mi hermanita la cual quedó tumbada sobre mí sin fuerzas.

”Déjame quitarme el traje hermanito” Me rogó.

“Aún no cariño, todavía no me he corrido”

“Hazlo ya nene, follaremos mejor sin él”

La puse boca arriba, levanté una de sus piernas y me arrodillé para follarla así, se me puso a mil ladearla y ver cómo mi polla dura entraba y salía de su coñito caliente, la clavé hasta los huevos, su cara de placer me puso a mil me iba a correr y tenía claro dónde lo iba a hacer, bajé su pierna dejándola boca arriba, bajé el traje tapando hasta sus piernas juntas y me arrodillé con mis piernas abiertas y las de ella debajo, un par de sacudidas y estaba eyaculando una gran cantidad de semen sobre su traje de novia.

“Dios, pero que pervertido eres tío, joder no me lo esperaba, me has puesto muy cachonda, déjame limpiártela con mi lengua”

Caminé de rodillas hasta poner mi polla recién corrida en su boca, lamió los restos que quedaban. Nos levantamos, para que Ana se quitara por fin el traje de novias, no podía creer lo que vi, mi hermanita se había hecho un tatuaje justo encima de su glúteo derecho, dos manos pequeñas agarradas rodeada por una frase. Te amo desde antes de nacer, hermano. Caí de rodillas besando aquel tatuaje, me había encantado, mi hermana melliza no sólo me pertenecía en cuerpo y alma, ahora también me llevaba grabado en su piel.

La suite disponía de una cafetera de cápsulas, nos tomamos un café antes de seguir, tras lo cual nos metimos en una bañera grande de hidromasaje, donde antes de llenarla para bañarnos la puse de rodillas pidiéndole que pusiera su mano del anillo en su pecho, sin pedírselo ella esperó con la boca abierta parte del orín con el cual regué ...