1. El video (VI)


    Fecha: 30/05/2019, Categorías: Gays Autor: Fran, Fuente: TodoRelatos

    ... sin que nada pareciera importarle a su alrededor.
    
    —Eso habrá que celebrarlo —comentó—. Esta noche te invito a cenar por ahí.
    
    Acabaron la jornada compartiendo la euforia y en el vestíbulo, antes de llegar a la puerta principal, el teniente Julio Mendoza le pasó un brazo por encima del hombro al sargento y sin soltarle caminaron juntos hacia la salida.
    
    ***
    
    Pedro acudió al domicilio del que creía era su amigo. Enfurecido, ignoró al portero y subió por las escaleras hasta la cuarta planta. Rodrigo no ocultó su extrañeza al verlo allí y, acto seguido, sintió sus manos agarrándole de la pechera mientras le empujaba hacia el interior de la vivienda.
    
    —¿En qué cojones estabas pensando? —le gritó—. Ese video era para amenazarle, no para que lo compartieras en un puto grupo de WhatsApp.
    
    —Suéltame ahora mismo, Pedro —le retó, sin dejarse amedrentar por eseviejo que no tenía ni media hostia—. No te atrevas a volver a tocarme.
    
    —Yo voy a caer, Ricardo, pero tú te hundirás conmigo.
    
    El profesor de Derecho Romano no añadió nada más. El portazo hizo temblar las paredes, pero Ricardo apenas se inmutó. Se había pasado, lo sabía desde el mismo instante en que el guardiacivil acudió a su oficina. Se le había ido de las manos y solo tocaba esperar las consecuencias. Cogió las llaves y el teléfono y bajó hasta la primera planta. Como era habitual, Paco no tardó en abrirle.
    
    —Coño, Paco, tienes buen aspecto. ¡Y has limpiado! Aquí tengo algo que puedes limpiar también —dijo, llevándose la mano al paquete—. Déjamelo reluciente como siempre, anda, que hoy no he tenido un buen día.
    
    Como era habitual, ocupó su sillón bajándose los pantalones hasta los tobillos, pero aquel día Paco tardó más de la cuenta en ponerse de rodillas. Desapareció unos segundos, regresó al salón para trastear algo entre los libros de una de las estanterías del frente y se quedó de pie como un pasmarote.
    
    —Vamos, Paco, ¿qué ocurre? ¿No tienes hambre? —insistió agarrándose la polla morcillona para luego sacudirla a modo de ofrenda.
    
    —La verdad es que no tengo mucho apetito, Ricardo —le contestó—. ¿Por qué no intercambiamos los papeles?
    
    —Ni borracho te tocaría yo ahí —repuso con soberbia señalando con la barbilla la entrepierna del anfitrión—. Debes de tener hasta hongos. Joder, Paco, ¿qué mosca te ha picado? ¿Por qué últimamente todo el mundo se empeña en complicar las cosas?
    
    —Me consta que eres una buena mamona, Ricardo. Mi polla no será ni la primera ni la última que te lleves a la boca, ¿verdad?
    
    —Paso de ti, tío —Se le había agotado la paciencia, así que se levantó, se subió los pantalones y se dispuso a marcharse.
    
    Pero antes de hacerlo se acercó a Paco para susurrarle al oído:
    
    —Sí, Paco, hago unas mamadas de la hostia, pero en tu puta vida te lo montarás con un tipo como yo. No sé quién coño te has creído.
    
    Ricardo se marchó dando un portazo sin saber en aquel momento que toda la escena había sido grabada.
    
    ***
    
    Oyó en su teléfono la notificación ...
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