1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (1)


    Fecha: 30/05/2019, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... donde estaba tumbado.
    
    No podía calcular el tiempo transcurrido, pero el cuerpo me dolía todo él por la postura, y el de las muñecas se me hacía inaguantable. El vehículo donde estaba, eso si que lo notaba por el movimiento y el ruido de un motor acelerando, se detuvo con brusquedad y la inercia me desplazó golpeándome en la cabeza contra algún objeto duro.
    
    -Tenemos que esperar para embarcar el paquete. -escuché una voz ronca y agitada de hombre.
    
    -No ha sido tan difícil, no tienes que preocuparte, lo entregamos y que nos paguen para desaparecer una temporada. -era otra voz diferente más tranquila y sosegada.
    
    Todo se quedó en silencio, solo escuchaba algún ruido de garganta, y pasó otro tiempo.
    
    -Arranca el coche, nos están haciendo señas. -el vehículo volvió a ponerse en marcha y avanzó despacio, volvió a detenerse sin apagar el motor.
    
    -¿Todo bien? -era una tercera voz.
    
    -Atrás va la mercancía podéis recogerla, ¿el dinero? -de nuevo la voz tranquila.
    
    -Está bien no lo voy a contar ahora. -la misma voz.
    
    -Te avisaremos para el próximo trabajo, ahora alejaros unos días hasta que abandonen la búsqueda, la policía se cansa enseguida. -sentí el ruido de unas puertas que se abrían y unas manos que tiraban de mis piernas, no pude evitar una queja de dolor.
    
    -Está despierto.
    
    -Vuelve a dormirlo. -y otro vez el olor a éter o anestésico me llegó un instante antes de volver a desvanecerme.
    
    Desperté y lo primero que sentí fue el olor a salitre, a olor marino, lo segundo los pinchazos que sentía en todo el cuerpo al ir reaccionando, y que seguía sin poder mover las manos o no las sentía.
    
    -Ya vuelve en si. Quítale la capucha y las ligaduras, no creo que se pueda mover demasiado.
    
    El dolor era terrible y al principio volví a cerrar los ojos cegado por la claridad de una lámpara en el techo, intenté mover las manos con cuidado pensando que no existían y lentamente fui tomando consciencia de que estaba tumbado sobre una mesa.
    
    Recordé lo que había pensado durante el trayecto, del reportaje que leí sobre la venta de órganos humanos, mis peores augurios se hacían realidad. Estaba totalmente desnudo con dos hombres delante de mi observándome.
    
    Abrí la boca y dejé escapar un grito de terror, me iban a descuartizar, allí mismo y vivo, creo que los dejé sordos.
    
    -Tranquilo pequeño, no pasa nada.
    
    Por instinto reaccioné intentando llevar las manos a mi pubis y taparme los genitales, desistí, las tenía tan lastimadas que me dolían solamente con moverlas.
    
    -No me maten por favor, ¿qué quieren de mi? -hablaba balbuceando y empecé a llorar, lo que no había hecho hasta ahora.
    
    Uno de ellos dejó salir una risita y se me acercó.
    
    -Nadie piensa en matarte, nos eres más valioso vivo, vamos a curarte las heridas de las muñecas y la que tienes en la cabeza, permanece tranquilo y no pasará nada.
    
    Me limpiaron las heridas y me vendaron las muñecas como habían dicho, luego me pasaron todo el cuerpo con toallitas húmedas de ...
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