1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (1)


    Fecha: 30/05/2019, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Había salido poco antes de la escuela y caminaba despacio, mis relaciones con mi amigo Alejandro no terminaban de concretarse y me tenía preocupado. Ninguno de los dos nos decidíamos a dar el primer paso, o el decisivo, todo se reducía a sentirnos a gusto estando juntos, aunque a veces discutiéramos por las diferencias de criterio sobre muchas cosas, demasiadas tal vez.
    
    Esa relación, cogida con alfileres y sin afianzar, ni estar bien cosida, hacía aguas como el casco roto de una embarcación, además de irse resquebrajando mas y más hasta diluirse.
    
    Podía echar la culpa sobre mi amigo encontrado en internet, Álvaro, que en poco tiempo se había colado en mi vida aunque estuviéramos tan alejados, pero sabía que eso era lo más sencillo. Lo complejo era que me encontraba y sentía mejor con él que con Alejandro mi amigo de hacía años, con Álvaro pasaba mas tempo, teníamos más contacto y me encantaba leer los largos correos que me enviaba, donde notaba su cariño reflejado, sus sugerencias sexuales que hacían que me calentara deseándole.
    
    Ensimismado en mis pensamientos no me daba cuenta del automóvil que me seguía, ni puse atención a las miradas que algunas chicas y chicos me dirigían al salir de la escuela, esas miradas que conocía tan bien y las dejaba de lado.
    
    La de Miguel, por ejemplo, que en un descanso entre clases me había pedido coger con él, chicos que se sentían calientes y deseaban meter la verga donde fuera. Eso era lo de siempre, pero lo que yo deseaba era otra cosa aunque el sexo me encantara.
    
    Me alejaba de la escuela y el camino se iba quedando vacío de personas, mi casa aún estaba lejos y aceleré el paso. No tuve tiempo para reaccionar y salir corriendo, ni darme cuenta del coche que se detenía a mi lado y del se bajaron dos hombres.
    
    Todo fue muy rápido, solo pude escuchar el ruido que hicieron las ruedas del automóvil al frenar con violencia, ver las siluetas de los hombres y luego la oscuridad me envolvió, un fuerte olor a algo dulzón, a alcohol o cloroformo penetró por mis fosas nasales y perdí el conocimiento.
    
    Desperté y continuaba sin poder ver, un miedo irrefrenable me atenazó el pecho. ¿Qué hacía yo allí? ¿Había sido secuestrado? Mi familia no eran suficientemente rica para pagar un rescate si se trataba de eso. ¿Simplemente pensaban matarme? Era mucho el trabajo que se tomaban para tan poco resultado. Había leído sobre secuestros para vender los órganos del secuestrado. Un escalofrío de terror me hizo temblar. Intenté serenarme sin conseguirlo al principio.
    
    Tenías las manos atadas por algo que se incrustaba en la carne de las muñecas y me hacía daño, la cabeza tapada con algo flojo, ¿una capucha o un saco de tela?, aún podía oler lo que me dieran para dormirme y estaba tumbado en el suelo de algo que se movía con pequeños traqueteos.
    
    Dejé de pensar al no encontrar respuestas para tantas preguntas que me hacía, e intenté relajarme para evitar, dentro de lo que podía, el dolor de las ataduras y la dureza de ...
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