1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (1)


    Fecha: 30/05/2019, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero con una presión increíble, agarré sus brazos y yo mismo me empujaba a la vez que el lo hacía.
    
    -Despacio precioso, no quiero romperte ni lastimarte. -era tan delicado y a la vez tan potente, mi culo se resistía a pesar de saber quien sería el vencedor de esta batalla.
    
    Sin descanso seguía entrando, resbalando dentro de mi cuerpo, metiéndose sin descanso ni tregua, solo se detenía micro segundos, dándole tiempo al anillo de mi culo para aceptarle su caliente y duro ariete de carne.
    
    Fue cambiando la postura para estar paralelo sobre mi.
    
    -Ahora ya falta poco. -musitaba y veía su esfuerzo para sostenerse en el aire, e irse dejando caer lentamente enterrándose en mi culo.
    
    Sentía los pelos de la parte baja de su verga en la entrada y ya no pudo entrar más aunque era suficiente.
    
    -Ya te tengo bien cogido, descansa un momento y ve tu moviéndote para hacerte a la verga. Me miraba y yo sofocado le sonreía.
    
    -Estás más hermoso así bien cogido.
    
    -Pablo, me siento tan bien, lleno de ti, de tu verga, ¡que ricura tu verga Pablo! Tus testículos, son tan gordos y duros.
    
    -Están llenos de leche precioso, para ti, para llenarte el culito si tu quieres.
    
    -¡Ayyy! Que rico lo que me dices Pablo, que rica tu polla. puedes follarme si quieres.
    
    -Aflójate un poco más, será mejor y más rico.
    
    -No voy a aguantar mucho Pablo, los huevos me duelen, necesito venirme.
    
    -No importa, habrá otras veces y aguantarás más. -empezó el mete y saca con lentitud, sin salirse del todo, metiéndose otra vez hasta el fondo, haciéndome sentir su potencia, sin dejar de mirarme y estudiando mis reacciones, sonriendo cuando me veía morderme los labios para contener los gemidos.
    
    Mi verga se rozaba al entrar en su abdomen, el roce de su pene me trastornaba de placer, no podía casi respirar.
    
    -Pablo, me viene, me voy a correr, te voy a manchar, ¡Oh Dios mío! ¡Qué gusto! Queeeeee. ¡Ayyyyy! -me moría y Pablo no se detenía, ahora no le importaba que muriera de gusto y placer. La leche me salía a borbotones en cantidad inaudita, mi abdomen se contraía y cerraba el culo con fuerza.
    
    ¡Ayyy! Pablo, por favor detente, me matas. -pero Pablo no paraba solo me miraba sonriendo, disfrutando él mismo del placer que sabía producirme. Cuando me relajé un poco y aún seguía temblando empezó a follarme el culo de verdad, con una macho semental auténtico, con la cara roja, la boca abierta cerrando los ojos para emplear toda su potencia en destruirme el culo.
    
    Y rugió como un venado en la brama, como un macho descargado en el vientre de su hembra, como una hombre entregado a la fecundación imposible, clavado y queriendo entrar más. como el arado en la tierra estéril.
    
    Aún no había salido de mi, aún sentía palpitar el pedazo grande de carne en mis entrañas expulsando las últimas gotas de su savia.
    
    Le sujeté del cuello y abracé su cabeza sobre mi clavícula.
    
    -Gracias Pablo, gracias. -respiró con dificultad sin levantar la cabeza.
    
    -¿Qué te he dicho antes?
    
    -Lo ...
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