En la cocina con Belén - Relatos Eróticos

En la cocina con Belén

... boca su lengua hacía unas cosas que yo nunca hubiera imaginado que alguien pudiese hacer. Pensé que podría correrme en cualquier momento y avisé a Belén que dejase aquello, ella subió de nuevo hacia mis labios limpiándose la comisura de los labios de las babas que había ido generando su tarea.

- ¿Te ha gustado?

- Claro – contesté – joder cómo la chupas…

Sin dejar de mirarme a los ojos, se quitó la parte de arriba, una camiseta deportiva y dejó ver un sujetador deportivo que sujetaba sus grandes tetas. En un momento las tenía al aire también y pude contemplar en su esplendor aquellos pechos que siempre había imaginado. Sus pezones no eran demasiado grandes y seguían en su sitio a pesar de tener un crío ya.

Me dispuse a comerle aquellas tetas y a juguetear lo que pude, y mientras tanto agarré sus mayas y las fui bajando poco a poco. En esta ocasión llevaba puesto unas bragas brasileñas de color verde, de esas que parecen un tanga. Por adelante se marcaba todo su sexo y al darse la vuelta para quitarse del todo el pantalón, pude admirar aquel culo. Yo aproveché para quitarme también los pantalones y la camiseta, el suelo de la cocina parecía una habitación llena de ropa tirada por todos sitios.

Me acerqué por detrás y agarré su cuello y su sexo por delante, por encima de sus braguitas:

- Ahora te toca a ti, ¿no crees?

Metí mi mano por dentro de su ropa interior y pude tocar un pubis muy bien arreglado, con una depilación brasileña que se había dejado una tira justo encima de su rajita. Como a mí me gustaban. Mi mente ya era un torbellino de cosas que quería hacerle, de momento darle placer con mis dedos y fui poco a poco bajando hacia su sexo. Con unos pequeños movimientos llegué a su clítoris y comencé a moverme por toda aquella zona haciendo que su respiración se acelerase. Poco a poco fui bajando algo más y pude introducir uno de mis dedos en su vagina y comenzar a hacerle una paja. En este momento ella agarró mi polla con una de sus manos y comenzó a pajearme también, y así llegó a su primer clímax y le di su primer orgasmo.

Paró unos segundos y aprovechó para quitarse sus braguitas y tirarlas totalmente empapadas al cesto de la ropa. Aprovechó para decirme que tenía un último condón en el baño de abajo y que se iba a acercar a por él. Su marido se había hecho la vasectomía y ellos no usaban condón y yo no tenía allí tampoco, así que me pareció buena idea. Mientras tanto yo me apoyé de nuevo en la mesa de la cocina y cuando llegó y me lo puse y ella aprovechó para ponerse apoyada con los codos en la mesa, dándome una visión de su cuerpo de espaldas. Me acerqué y ella fue la que introdujo poco a poco mi miembro a punto de estallar y enfundado ya en el condón en su ya empapado chochito.

Así estuvimos unos minutos, pero se hacía algo incómodo y le propuse que se sentase ella en la mesa, con las nalgas lo más cerca del borde posible para poder acceder a ella más fácilmente. Y así estuve bombeando de nuevo, en esta postura ...