1. Antes de las vacaciones


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... ello, literatura, películas y porno. Muchísimo porno del que se convirtió en ávido consumidor, siempre fantaseando con ser él quien estuviera en esa situación. Delante de Sergio. De rodillas a sus pies. Siempre que imaginaba esa escena debía tumbarse en la cama, desnudarse de cintura para abajo y masturbarse. El orgasmo era casi inmediato, bastaba con que cerrase los ojos e imaginase a su amigo con aquel arnés de cuero negro.
    
    Sus fantasías escalaban despacio, pero sin detenerse nunca, siempre con Sergio en el papel central de todas ellas. Sin embargo, aunque había descubierto que tenía mucho en común con su amigo, su relación parecía haber vuelto a los cauces normales de la amistad. Tan solo se habían vuelto a acostar una única vez más, la quinta, y después nunca había vuelto a lanzarse sobre él pese a que en más de una ocasión se había insinuado. Sergio parecía indiferente a cuantos intentos hacía, desde la última noche que se fueron juntos a la cama, cuando se le había escapado la súplica de que le diese unos azotes. Volvían a estar en junio, con las vacaciones casi encima y la triste certeza de que era muy probable que no volviese a pasar nada entre ellos si no rompía, de algún modo, de cualquier modo, el silencio del que era cómplice.
    
    La alarma de su móvil consiguió arrancarle del mundo del recuerdo. Mascullando con furia echó un vistazo a su habitación y rescató una camiseta de manga corta con un degradado de colores que iba del blanco al verde oscuro, un vaquero corto por las rodillas de color beige y unas deportivas también blancas. Podría haber elegido lo mismo sin dejar su cuarto como si hubiese pasado un huracán por él, pero nada como la presión para ayudar a agilizar el proceso de toma de decisiones. En una única zancada larga se plantó en el pequeño aseo, agradecido por haberse duchado por la mañana, y se examinó en el espejo. Sus claros ojos verdes le devolvieron la mirada y estudiaron su rostro. Girando a ambos lados la cabeza se estudió la cuidada barba de dos días que procuraba dejarse siempre, confiando en que ayudaría a darle un aire más rudo a su mandíbula. Se atusó el pelo, del mismo tono que el maíz maduro, con los dedos y un poco de agua y echó hacia atrás los cortos mechones. Con un suspiro de frustración terminó por aplicar un poco de cera para definirles y mantenerles en su sitio y se roció las axilas con desodorante. Por suerte tenía un físico envidiable, bien tonificado gracias a la natación.
    
    Consultando de nuevo la hora en su móvil dirigió sus largas zancadas a la parada de autobús más cercano. Aunque llegaría tarde ni se le pasó por la cabeza la idea de coger un taxi. Hacer semejante estupidez en Madrid suponía condenarse a una hora atrapado en algún embotellamiento y a gastarse prácticamente todo el dinero de la noche en ese escueto viaje. De todos modos, sus amigos sabían que era propenso a llegar con retraso. Prácticamente contaban con ello siempre que hacían planes. Se apeó del vehículo casi veinte ...
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