1. El hijo de mi prima


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Transexuales Autor: Flor Salada, Fuente: TodoRelatos

    Ya hace un tiempo, unos desagradables litigios burocráticos me obligaron a pasar unos días en mi ciudad de origen. Mi prima me ofreció su casa inmediatamente y acepté aliviado el ofrecimiento, pues allí me siento como en la mía. Además, siendo tan chapada a la antigua, desde mi divorcio, a sus ojos vuelvo a ser un hombre inútil que no sabe cuidarse por sí mismo. Como muestra, me peló la manzana que yo había seleccionado para el postre, ante mi vergüenza y la risa de su hijo, que en esos días también había ido a visitar a su madre.
    
    El primer día fui fiel a mis costumbres y me eché la pequeña siesta que tanto necesito tras la comida. Al despertar no se oía ni un ruido en la casa. Me preparé el café y esperé a ver, dudando si me habían dejado solo. Cuando me harté de curiosear el salón y los monótonos canales de televisión, me preparé para salir a la calle y hacer tiempo. Entonces apareció mi sobrino, despeinado. Me dijo que su madre estaba en la oficina. Hablando con él sobre las siestas, me confesó que las suyas eran eternas.
    
    Al día siguiente, al levantarme de la siesta me di cuenta de que sólo había dormido unos minutos y a mi sobrino aún le quedaban un par de horas para despertarse. Estar prácticamente solo en una casa ajena siempre ha despertado mis apetitos más privados y una idea en especial quedó fijada en mí. En una visita anterior había visto a mi prima con un vestido demasiado ceñido y corto para lo que nos tiene acostumbrados. Desde entonces me había obsesionado ese modelito... para mí. Ahora tenía la ocasión de tenerlo entre mis manos. Entré en su habitación y rebusqué en su armario. Mi prima no destacaba por tener buen gusto, y encontré ese bonito vestido burdeos enseguida.
    
    Lo siguiente era tan arriesgado que no me pude resistir. Como mi habitación quedaba demasiado cerca de la de mi sobrino, decidí probarme el vestido en la de mi prima. Pero antes regresé a mi cuarto para abrir el bolsillo más privado de mi maleta y sacar un par de objetos. Nunca salgo de viaje sin mi equipaje especial. Se trata de una peluca rubia, una camiseta de mujer con tirantitos, una corta faldita blanca, un juego de sujetador y tanga de nylon, unas medias de malla y unos zapatos de tacón. Sólo tomé la peluca y me puse el tanga, aunque el riesgo y la excitación me hicieron pelear con el pene para que no se saliese. Volví descalzo sin hacer ruido con el pantalón y la peluca en la mano. Dejé mi ropa sobre la cama de mi prima para que me diese tiempo de cambiarme rápido si oía a mi sobrino. Me miré en un gran espejo que colgaba de la pared. La excitación me obligó a tocarme un poco antes de embutirme en el vestido. Me quedaba muy estrecho, pero me podía valer.
    
    Me puse la peluca y la cosa mejoró. Me quedaba tan estrecho en el torso que mis pechos se marcaban como los de una mujer, y mis pezones duros destacaban más abajo de la melena rubia. Me di la vuelta y vi que me hacía buen culo. Era un crimen ponerse eso sin tacones. Volví nerviosa y cachondona a ...
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