La escort de todos (LAS AVENTURAS DE DIANA-DOS) P - Relatos Eróticos

La escort de todos (LAS AVENTURAS DE DIANA-DOS) P

... estatura, moreno, con tono de voz del centro.

-Hola eres Diana, pasen gustan algo.

-Una cerveza dijo Juan.

-Para mí vino tinto, dije.

La música sonaba no muy fuerte, y todos estaban en la sala principal, había un plato pequeño con píldoras azules, viagra, pensé y otra que no supe que eran, tan luego, me vieron gritaron, como locos y empezaron a rodearme, Ramón tomó la palabra.

-Esperen colegas, hay que organizarnos, es sencillo, queremos saber si estas dispuesta a todo o no.

-Si, solo no me lastimen, les dije.

-¿Te gustan los perritos?

-Sí, conteste.

-Has tenido sexo con uno, me pregunto Ramón.

-Te refieres a perros de verdad?

-Si.

-Pero el perro lo disfruta?

-Quieres comprobarlo?

-Pensé que los “perros”, eran ustedes.

-Te proponemos algo, primero tomate unas copas con nosotros, relájate bailas, te cogemos entre todos y si te pones muy cachonda y accedes que la clavada final te la de “Hércules”, si pasa así te pagamos triple.

Acepte, pues pensé que lo último no pasaría y que la paga era buena, aun y que no fuera triple, miré a Juan, estaba loquito con el plan de los doctorcitos y así empezó la velada.

Los doctorcitos, todo eran de la Ciudad de México, y había de todo desde Ramón bajito de estatura, hasta Manuel, blanco como la leche de metro noventa, todos andaban entre 35 a 40 años, muy bailadores; los primeros en jalarme a otra habitación fueron Luis y Carlos, aprovecharon el cambio de música y me tomaron de cada mano, para llevarme a una recamara de la parte baja de la casa.

Juan nos siguió para grabar la movida, pero Luis y Carlos no querían ser grabados, así que pasamos los tres a la cama, empezaron por hacerme sándwich, Luis me comía la boca, con su lengua, jugando con la mía, Carlos me besaba el cuello, y me estrujaba las tetas, me desnudaron y me dejaron solo en tacones y medias, nos acomodamos los tres en la cama, yo en medio y cada uno se prendió de una teta, jugando su lengua con mis pezones, luego Luis se bajó y empezó a comerme el coñito.

-Que rico, te sabe dulce, putita sabrosa.

Carlos, se sentó sobre mí y puso su verga en mi boca.

-Trágalo puta cabrona.

-Si papito, y empecé a comerle el capullo.

Me hicieron venir y gritaba, que no pararan, luego sentí que Luis me abrió las piernas y de misionero empezó a darme por mi coñito, lubricado por el orgasmo que me había arrancado, Luis se giró y Carlos se movió para que quedara montada sobre Luis, pensé ya me clavaran por los dos hoyos, sentí la lengua de Carlos, haciéndome un buen lavado de culo, lo estaba lubricando, fue cuando capté que su lengua no paraba solo en mi culo, se prolongaba y lengüeteaba el falo de Luis.

Carlos nos estaba dando lengua a Luis y a mí, recorría mi ano y metía su lengua en mi culito, haciéndome estremecer, y seguía hasta mi vulva y lengüeteaba mi panocha, lamiendo el falo de Luis, lo sacaba y lo mamaba y lo volvía a meter en mi coño, me pusieron a 4 cuatro patas y Carlos de una me perforó ...