La escort de todos (LAS AVENTURAS DE DIANA-DOS) P - Relatos Eróticos

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La escort de todos

(LAS AVENTURAS DE DIANA-DOS)

PARTE I

Desperté temprano, eran cerca de las 5 cinco de la mañana, y hoy tendría “el servicio”, para los veterinarios, en eso me convertí en una prestadora de servicios, hasta abrí mi cuenta en telegram, dianamex45, para tener más contacto con mis clientes, me estaba convirtiendo en una ninfómana.

La mañana transcurrió, sin contratiempos mis hijos a la escuela, ya casi fin de cursos y Max y yo nos fuimos al mismo tiempo al trabajo, aún no le había avisado que “saldría por trabajo” de la ciudad, pues quedé con “el señor García”, que él se encargaría, tan pronto llegamos a las oficinas de la empresa, la recepcionista, una chica muy guapa, morena, tipo latina, de unos 24 años, pelo largo y lacio, negro con mechones rubios, nalgas y tetas prominentes, como de metro y sesenta y ocho centímetros de estatura, muy risueña y atenta de nombre Paty, nos dijo, que estaba esperándonos y sin más fuimos con él.

-Hola que tal, Diana, Max como les ha ido.

-Bien gracias, respondimos casi al mismo tiempo.

-Pues al grano, los cité, porque me urge que Diana, salga para San Diego, y atienda a un grupo de clientes, y revise cada trato, y pues ya sabes Max, que esto será así, espero no te incomode.

-No se apure “señor García”, me imaginó que esto es así, gracias por su consideración.

-Y tu Diana, ¿estas preparada?

-Si solo dígame la logística del viaje, pensé y como debo de irme vestida.

Mi marido se disculpó y me dio un beso, pidiéndome que como fuera pudiendo le avisara de cómo iba, me imagine hablando con él mientras me clavaban, me ruboricé y le dije que lo haría.

Ya solos “el señor García”, me tomó de la mano y me puso de rodillas frente a él, se sacó la polla y me ordenó.

-Ahora zorra, antes que te dejen toda reventada, quiero que tu boquita, me haga una buena mamada, ah y trágatelos todos no quiero que se haga ningún tiradero, entendiste zorra.

-Sí como usted diga “señor García”, dicho lo cual, tomé su verga con mi mano derecha, la acerqué a mi boca y empecé a disfrutar primero visualmente, esa rica macana que me comería, asomaba la punta de su capullo, y empezaba a tomar su mejor tamaño, note su inclinación hacia la izquierda de mi “señor García”, me pulsaba en la mano, tenía vida propia, lentamente miré que salía completa la cabeza de esa descomunal verga, como si fuera una perrita, empecé a oler y lamer, ese trozo de carne dura y venosa, salía liquido pre-seminal, de su orificio, me fascina ese sabor que deja en la boca, así que lo toqué con mi lengua y lo llevé a mi boca, había adaptado mi cavidad bocal para ese descomunal falo, así que jugué a garganta profunda, y trague por completo todo ese rico miembro, hasta topar con su pelvis y tocar sus pelos.

Ya no me cuidaba de que Max, o alguien entrara a la oficina de “el señor García”, me daba morbo saberlo cerca y que pudiera sorprenderme, la adrenalina de eso me ponía más cachonda, así que no dude, me baje la tanga y me ...