Merche y sus guarradas en las clases particulares - Relatos Eróticos

Merche y sus guarradas en las clases particulares

... el super ni a comprar ni a… - dijo Emilio al ver a Merche y siendo interrumpido por la gorda, que era su esposa.

-Ni a follar, que menuda pedazo de puta eres. Y guarra, que mi Emilio y mi cuñado Pedro me contaron las cerdadas que te gustan, pedazo de cerda – dijo la gorda casi gritando.

Antes que Merche dijera nada, ya Pedro estaba entrando en el cuarto de baño.

-Antes que nada, una buena ducha caliente a esta cerda – decía mientras se iba desnudando rápidamente.

-A que esperas, puta. Venga a la ducha - le dijo a Merche.

La rubia se terminó de quitar la ropa que le quedaba y pasó al interior de la bañera, agarrando la polla de Pedro al pasar por su lado y sonreírle lujuriosamente. Mientras, su hermano Emilio y su cuñada se desnudaban a la vez. Los más jóvenes de la familia se quedaron a un lado con el perro a sus pies limpiándose el hocico de lefa.

-Mira la rubia que guapa es. No me digas que no es guapa – habló Emilio con su falsa amabilidad dirigiéndose a su mujer.

Mientras, acariciaba a la rubia en la barbilla haciendo que tuviera su cara elevada. Merche comenzó a sonreír imaginando lo que le preparaba el gordo peludo de Emilio.

-Anda, toma bonita, un premio por ser tan buena. Y diciendo esto apenas abriendo su boca lanzó un certero escupitajo a la boca de Merche que ya lo esperaba masajeando sus tetas. Entonces su hermano Pedro apartó a un lado a su hermano para imitarlo en la guarrada.

-Toma puerca – dijo haciendo unas gárgaras para subir una espesa masa verde de mucosidad, que al contrario de su hermano, no la lanzó. La dejó caer lentamente de su sucia boca a la de la rubia. Merche masticó tan asqueroso manjar y tragó hasta dejarlo caer por su garganta. Al contrario que su marido y su cuñado, la gorda, llamada Rosa, por cierto, se introdujo en la bañera delante de la arrodillada Merche.

-Abre la boca, niña – dijo mientras situando su cabeza encima de la de la rubia, se tapó uno de los boquetes de su gran nariz. Y soltando aire por el otro, comenzó a sacarse una masa espesa casi amarillenta que comenzó a colgar pesadamente. Un último soplido hizo que la mucosidad se desprendiera hiendo a caer en el cachete de Merche. La rubia no lo tocó hasta esperar que la madura repitiera la operación por el otro boquete nasal. Esta segunda vez cayó parte en la comisura de los labios y parte dentro de la boca. Merche sacando su lengua, recogió la masa asquerosa para llevarla al interior de su boca. Un último empujón con sus dedos hizo que entrara toda aquella segunda descarga.

-Que rico, gracias guapa – dijo Merche saboreando los mocos de la gorda que encorvada como estaba en esos momentos, le ofrecía bamboleantes dos grandes tetas que Merche no dejó de sobarlas mientras tragaba el sucio contenido de su boca. Viendo que los dos machos ya encañonaban su cara para bañarla de meados, recogió rápidamente los mocos de su cachete y los llevó a su coño, introduciendo sus dedos hasta el fondo.

Los dos hermanos comenzaron a ...