1. Las refugiadas 3 - Comidas y propuestas


    Fecha: 17/03/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... roja de vergüenza de pensar que me habían visto desnuda, como si no supieran a qué venia todas las tardes que venía, como muy bien me hizo ver Amo David.
    
    —Así que hiciste tu entrevista de trabajo desnuda —comentó Elisabeta riendo—. Puedes afirmar que no le ocultaste nada.
    
    —No. Además, aunque hubiera querido ocultarlo no habría podido. Me había investigado a fondo.
    
    —¡¿No me digas?!
    
    —Sí. Él se sentó en su sillón dejándonos a Eva María y a mí las sillas de visita de otro lado de la mesa. Me senté y crucé las piernas. Fue Eva María quien puso sus manos sobre mí y las descruzó obligándome a abrirlas obscenamente.
    
    »Ella luego se sentó igual haciéndome señas para que no las cerrase. Mi cara debía ser un tomate. Entonces abrió una carpeta y empezó a repasar mis notas y mis faltas de asistencia por los turnos de camarera… y alguna por haber pasado la tarde con Eva María. También repasó mi expediente en el instituto y mis novios conocidos. También insistió en que no se me conocía ninguno en mi época de universitaria.
    
    »—Eso me deja una duda señorita José —dijo el Amo David Pascual —. ¿Es usted lesbiana después de haber desechado sus primeras experiencias?, ¿o queda la posibilidad de que aún sea bisexual?
    
    »No solo no supe que decirle, sino que la boca se me abrió de forma que podría haber entrado tu coche… ¡Que digo tu coche! ¡Un camión!
    
    —Pero algo le dirías ¿no? —preguntó Elisabeta riéndose.
    
    »No. Así que él siguió hablando.
    
    »—Compréndalo, no solo mi esposa necesita cambiar de coño o de polla de cuando en cuando, yo también necesito cambiar de coño y el tuyo debe ser una maravilla si has conseguido enviciar a la veleta de mi mujer.
    
    »Solo supe decirle que ninguno de los chavales con los que estuve me había satisfecho.
    
    »—Ese es su problema, que solo ha estado con chavales y no con un hombre dominante de verdad. Déjeme demostrárselo.
    
    —Y deduzco que te lo demostró.
    
    »Sí. Me paseó desnuda por el resto de la casa hasta su habitación. Sí cada uno tiene una habitación distinta, así que me pregunté para qué tantos trajes de hombre en el vestidor de Eva Maria, pero luego vi que aquí solo había un vestidor y solo ropa de hombre. Supuse que el marido usaba la otra habitación cuando estaban juntos.
    
    »Aunque decir que me paseó quizá sea un poco exagerado: el se limitó a darse media vuelta y dejar que yo lo siguiese, sin comprobarlo. Supongo que con la tranquilidad de saber que Eva maría iba detrás de mí.
    
    »Sin embargo, no hicimos en su habitación. Abrió una puerta que dio paso a una estancia oculta. Sin ventanas. Salvo por la cama con sabanas de satén negro el resto parecía una mazmorra medieval. Al principio me asusté de todo lo que vi. Pero no usó nada conmigo. Me tumbó en la cama y me arrasó con su lengua por todo mi cuerpo. Entre lengua y manos antes de penetrarme hizo que me corriese tres veces. Cuando me folló pedí más.
    
    —Y ahora me lo has contado todo para camelarme —replicó Elisabeta.
    
    —Sí —aceptó Minerva con cara ...
«12...4567»