Preparando oposiciones con el profesor - Relatos Eróticos

Preparando oposiciones con el profesor

... silla, apartando la pierna de Claudia (ella quedó con las dos piernas abiertas frente a mi) y bajando la cremallera y tras ella el pantalón y los calzoncillos apareció mi polla. No es de las más largas ni las más gordas, pero la tengo con todas sus partes perfectamente definidas: venas, formas, prepucio rojo ... vamos, que es bonita a la vista.

Sus ojos se clavaron y de hecho hasta se abrieron levemente por lo que he hecho. -Que bonita!- exclamó mientras puso la otra mano en el agujero de su vajina para acariciarlo. Tras hacer eso, dos de sus dedos se deslizaron hacia adentro como si estuvieran en mantequilla. Su cabeza se fue hacia atrás y sus piernas comenzaban a temblar.

Yo, que comencé a masajearmela y a hacer movimientos de masturbación para mantenerla erecta, permanecí inmóvil, pero la chica se incorporó, quitando el masajeador de su clítoris y quitando también el pantalón que ya le molestaba y se sentó sobre la mesa. Ahora mi perspectiva sobre ese coñito era perfecta. Era rosita, con brillos propios de mucha excitación y fue cuando la chica me invitó a acercarme. Cogió mi mano y la puso en su coño. - Tócalo como quieras- me dijo. Mientras, con una de sus manos me cogió la polla e hizo lo mismo. Para mejorarlo, se salivó un poco la palma y continuó.

Su respiración no cambiaba y estaba a 100, así que levantando la cabeza me dijo "Carlos, métemela, fóllame ahora mismo porque estoy que reviento". - Pues yo estoy igual Claudia- le repliqué. Y tras una leve apertura extra de sus piernas la penetré.

Su cabeza se reclinó soltando un "aaahhhh" fruto de la excitación y la melena rubia cayó como una catarata. Los codos, apoyados sobre la mesa comenzaron a aguantar los primeros vaivenes de la penetración. -Que gusto. Esto si es empezar un buen polvo- hablaba ella sola.

En principio iba lento y a veces, tras introducirla hasta el fondo, apretaba para que se mantuviera bien dentro, y a ella le encantaba porque sus gemidos cambiaban considerablemente. Pero a la postura que tenía no le iba bien, por lo que levantando la cabeza me dijo -espera que cambie de postura- y se puso a cuatro, apoyada en la mesa.

Volví a perforarla, ahora viendo un culo redondo y firme que ocultaba un agujero que aunque bien cerrado estaba mojado por todo el flujo que había recibido de la postura anterior. Eso me dio un subidón para cogerla bien del culo, abrirlo bien y apretarlo y comenzar a follarla más fuerte. Las embestidas comenzaron a mover todo lo que había sobre la mesa y Claudia pasó del gemido al grito. -Eso es, si, dame fuerte. Fóllame como un animal- Y yo no paraba mi ritmo.

Girando la cabeza me dijo -¿te gusta follarte a la puta de tu alumna?. Contesta- Sin pensarlo, como un lobo hambiento le dije "si, este coño tiene muchas cosas que aprender aún"- ¿Y qué mas te parece que soy?- En ese momento, y sin parar de darle, la agarré fuerte de la melena y con ella traje su cabeza hacia atrás. Me acerqué a su oído y le dije -¿Es que te gusta que te ...