Preparando oposiciones con el profesor - Relatos Eróticos

Preparando oposiciones con el profesor

... escuché detrás -ya estoy - y me giré inmediatamente. Esa toalla ya no estaba y en su lugar caía una media melena rubia, ondulada y una cara jovial y risueña. La ropa era un pijama con chaqueta en vez de camiseta, y un pantalón más bien ajustado, que terminaba en unas zapatillas de pelo. El conjunto era muy agradable a la vista ya que la chica se cuidaba y además eso se engrandecía con el color azul intenso de sus ojos y el perfil de sus labios, bastante marcado.

- Perdona la espera, pero ha coincidido que me estaba poniendo cómoda ya que hoy, como vés, toca estudiar y estar en casa, así que el inicio para eso es una buena ducha- sonrió y se acercó para darme un par de besos sin quitar la sonrisa incial.

-No te preocupes, entiendo tu decisión porque además, con el día que hace ...-

La chica se dirigió a la silla de los vaqueros y tras ponerlos en la cama me la acercó para colocarla junto a la otra y preparar nuestro cometido. Repasar sus dudas.

-Bueno, no quiero robarte mucho tiempo, así que si te parece vemos lo que quiero preguntarte y no te molesto más-

-No te preocupes, tampoco tengo tanta prisa. Tú pregunta lo que necesites y yo te iré indicando- Ella volvió a sonreir en señal de gratitud.

Mientras preparaba sus materiales, soltó de forma muy espontánea (ella es así. De hecho es excesivamente extrovertida y dice las cosas sin ningún tipo de pudor) "madre mía, llevo un día de correr ... fíjate como habrá sido que después de la ducha ni siquiera me he puesto sujetador, aunque la verdad, casi nunca lo uso, pero ahora que venías ..."

Obviamente lo primero que hicieron mis ojos fue ir al escote, aunque volvió a replicar:

-Y lo que más me fastidia es que a los niñatos cuando se lo digo inmediatamente me miran el escote para ver si me las ven. Serán tontos! ¿Creerán que las voy a ir enseñando?- Contuve mi intención y mantuve la mirada en su cara esbozando una leve sonrisa.

-Por eso no me gustan la gente de mi edad. Cada vez que das con uno, buscan lo mismo (echar un polvo), hablar de las mismas tonterías y encima se corren en un plis plas. Eso con los veteranos (como los llamo yo, dijo) no pasa: hablas cosas interesantes, te ríes y muchos de los polvos son mucho más productivos.

- Veo que no has perdido el tiempo en el sexo- le contesté.

- Pues no, la verdad- Me gusta mucho y además creo que ayuda a la mente porque te permite hacer cosas nuevas.

Asentí y en ese momento ella lo tenía todo listo. Su rostro se centró en el puñado de folios que tenía delante y se dispuso a comenzar el cometido. Buscó entre ellos y de nuevo algo interrumpió. Una especie de vibración extraña que venía de la mesita de noche. Me giré mirando hacia el lugar y ella también.

De un salto, Claudia exclamó -ahhh, jajaja, es .... bueno, un amigo, jajaja- Cogió el teléfono móvil que tenía a su lado y tras un segundo el ruido se extinguió. Prosiguió diciendo:

-Es que, ya sabes, a veces los polvos no son siempre con herramienta de carne- ...