1. Siete pecados (IV): Gula


    Fecha: 06/04/2021, Categorías: Fetichismo Autor: Absenta78, Fuente: TodoRelatos

    ... cabrón!
    
    —¡Todavía más…?! Muy bien… Ahora verás…
    
    Herido en su orgullo y apenas saliendo del orgasmo, mi semental vuelve a la carga. Abre la nevera y la despensa para arrasar con lo que hay allí: carne, pescado, pasta, leche, legumbres, patatas, helado, maíz…
    
    —Vamos a ver… Te lo preguntaré en tuidioma, para que me entiendas… ¿Quieres carbohidratos? ¿Proteínas? ¿Grasas? Tengo de todo para darte. Lípidos… Omega 3… —Saca los alimentos con violencia y los va arrojando a la encimera o directamente al suelo; está desatado—. Ya sé… quieres cosas sanas, ¿verdad? A los nutricionistas os encantan. Nada de grasas saturadas, no… Nada deesto…
    
    Remetiendo los dedos en un bol de manteca de cerdo, me la repasa por el cuerpo con desprecio, presionando para que se funda con el calor de mi piel, recreándose en mis pechos y en mi culo, que deja brillantes por la grasa.
    
    —Así… Bien untadita, estás perfecta para hacerte asada…Mmm… Te comería entera…
    
    Jadeo cuando remete su mano entre mis piernas. Estoy tan lubricada que la desliza con total facilidad por mi pubis. Pero no son caricias lo que busco, y él lo sabe…
    
    —No estás satisfecha aún, ¿verdad? ¿Prefieres algo con más proteínas, por ejemplo?
    
    Tira a un lado una bandeja de carne, aparta una pieza de pescado y termina cogiendo una huevera…
    
    —Sí… Esto te gustará. Es un alimento saludable. Tiene de todo.
    
    Agarra un huevo y lo estampa en mi culo sin miramientos, extendiendo su pringoso contenido sobre él. Me excito terriblemente:
    
    —Síii… Dame más… Azótame…
    
    —Como desees…
    
    De inmediato, coge otro huevo y lo rompe en mis nalgas con un fuerte cachete. Lo repite un par de veces; mi culo en pompa los recibe con una mezcla de dolor y placer… Me estremezco de gusto… A esos sigue otro en mis tetas, y otro más en mi vientre, y otro en mi pubis y en mi cara y mi pelo… Las cascaras se resquebrajan y se pegan a mí, por mucho que las aparte, hechas pedacitos… Las yemas explotan y se funden con la pegajosa viscosidad de las claras… Me las unta como en un masaje… Un espléndido masaje que aumenta mi libido y mis ganas de satisfacerla.
    
    Es todo una auténtica cerdada, pero me provoca muchísimo; no puedo evitarlo. Llevo mi mano a mi coño y lo abro para acariciar con ganas mi clítoris, lubricado por la mezcla de los huevos. Siento el vacío de mi vagina y con la mirada le suplico a mi amante que lo llene.
    
    —¡Ah, ya veo! Necesitas alimentarlo otra vez. No te preocupes…
    
    Rebusca con ansiedad hasta encontrar lo que cree que necesito: un nabo auténtico, de buen tamaño. Cuando lo veo salivo; es justo lo que quería: algo duro y grande que me llene.
    
    Prepara mi comida: limpia y embadurna bien todo en aceite, incluido mi sexo, y se dispone a servirme una buena ración de hortaliza. Tal como estoy, a gatas en el mármol, me enchufa el nabo por el coño… Es lo más grande que haya intentado meterme nunca… ¡Brutal!:
    
    —¡¡Aaahh…!! ¡¡Con cuidado!! ¡¡Ooooh…!!
    
    El tremendo vegetal va entrando, ayudado por más chorros de ...
«12...678...»