Lucia. Infidelidad necesaria. 1. - Relatos Eróticos

Lucia. Infidelidad necesaria. 1.

... cremallera, por tanto, era como tener la radio puesta en la entrada de mi casa, al menos unos veinte o treinta metros de donde estábamos, pero como no había más sonido aún en mi casa, pues se oía perfectamente, no era nada molesta, incluso molaba tener dicha melodía de fondo para el juego que teníamos los dos.

Lucia ahora abrió más sus piernas, casi se quedó sentada de lado en el sofá mientras sus piernas estaban plegadas dentro, apoyándose cómodamente en el cojín en donde estaba sentada, aunque la pierna que antes estaba apoyada en el suelo, estaba la mitad de su muslo en el aire. Veía perfectamente el final de esa hilera de hormigas que tenía como vello púbico e incluso notaba esos labios casi abriéndose, sin hacerlo, y empecé a notar como su olor corporal emanaba ahora al típico olor de deseo, pero ambos seguíamos con nuestros juegos de a ver quién aguantaba más acariciando a la otra persona, sin dejar de mirarnos y sonreír.

Entonces Lucia se puso de pie apoyándose de rodillas en el sofá. Yo al estar sentado como estaba ella antes, pues incluso agradecí que sus pechos ahora estuvieran cerca o a la altura de mi boca, cosa que ella supo hacer bien, porque solo tuvo que acercar su cuerpo un poco para que mis labios besaran primero el pezón que no tocaba mi dedo y succionando con mi boca, estilo casi de amamantar me lo metí en la boca, mientras mi mano seguía haciendo círculos sobre su otro pezón. No sé si es que a Lucia le gustaba esa sensación, pero empezó a jadear o gemir (nunca se la diferencia entre ambos sonidos, por tanto, los mezclo, pido disculpas para quien si lo sepa) e incluso empezó a acariciar mi cabeza con sus manos, obviamente no tiene los brazos tan largos como para seguir jugando con mi polla y yo no la tengo kilométrica para que lo haga, jajajaja, ni quiero tenerla larga, me sobra con lo que tengo. Cuando ya notaba que estaba ese pezón bien duro en mi boca, me iba a por el otro y entonces mi dedo se sustituía con el de la otra mano para hacer lo mismo con el pezón que había sido liberado por mi boca antes. Así estuve un buen rato, obvio que mi polla necesitaba de sus favores, pero no dejaba de estar alegre por la visita que había venido esta noche, digamos que a mi cuerpo lo tengo bien enseñado o entrenado para agradecer cuando le hacen caso. Son años de aprendizaje jejeje, pero Lucia estaba claro que estaba disfrutando mucho del masaje con mi boca y lengua que le hacía en cada pezón y eso sé que a muchas mujeres las pone tanto o más cachondas y calientes que el estar tocando su clítoris o sus labios vaginales o directamente meter mis dedos en su coño, por eso, cuando tengo la gran suerte de que una mujer me deja disfrutar de su cuerpo, sus tetas son las primeras agraciadas.

Su cuerpo empezaba a moverse, como un baile erótico que se puede hacer en cualquier momento, pero muy sensual lo que hizo que yo cerrara mis ojos y solo me dedicará a mamar esos pezones que tan agradecidos me estaban dando placer a mi boca, seguidos ...