Lucia. Infidelidad necesaria. 1. - Relatos Eróticos

Lucia. Infidelidad necesaria. 1.

Nos sentamos desnudos en el sofá, Lucia con una pierna doblada entre la otra, pero sin tocar el suelo, digamos que dejaba ver lo poco que se veía de ese hilo de pelo que indicaba donde tenía su secreto mejor guardado, apoyando su brazo en el respaldo del sofá y alegremente mirándome como yo me sentaba con el mismo gesto y postura de ella pero de frente y mirándola a sus preciosos ojos. No nos dijimos nada, no hacía falta. Yo me hubiera lanzado a comerme su preciosa boca, pero espere a que ella diera el primer paso, siempre hay que dejar a la mujer que empiece la iniciativa, es más emocionante. Nuestras copas estaban en la mesa baja que teníamos cerca. De repente Lucia me saca la lengua en signo de burla. Yo sigo mirando su preciosa cara y le respondo sacando la mía. Es un juego tonto pero muy interesante de hacer. Lo hacemos desde pequeños. Lo hacemos para romper el hielo u otras cosas. Yo lo hice para que viera que deseaba ya usar mi lengua. Ella no sé por qué lo hizo. Entonces ni corta ni perezosa se acerca a mí, toca con su otra mano mi capullo, aún algo erecto, pero no del todo, suavemente hace círculos con su dedo índice alrededor de mi falo y sin dejar de mirarme a los ojos. Yo sentía su dedo jugar con mi pene. Pensé en meter mis dedos entre ese canal que ocultaba sus dos muslos, pero esperé a que ella incluso abriera algo más sus piernas como dándome el permiso para hacerlo. Y de repente sonó algo.

Un ruido que venia del interior de su bolso. Era su móvil, que sonaba a una canción algo antigua. Ella ni se inmuto. Seguía jugando con su dedo y mi miembro, me seguía mirando ya con su lengua metida en su boca. Le hice el gesto con mi mano de que la llamaban a su móvil, y ella girando su rostro en símbolo de negación me dio a entender que no era necesaria esa llamada atenderla, por lo que entonces mi mano si fue a donde tiene que ir en estos momentos. A una de sus tetas. Pero no la más cercana a mi cuerpo, que sería lo lógico, sino a la más lejana. Hacia el mismo movimiento que Lucia con su dedo en mi capullo, yo lo hacía con mi dedo índice sobre su seno al principio y luego sobre su pequeña aureola para llegar a realizarlo por su pezón. Lo que yo sentía que me hacía a mí se lo hacía a ella. Todo esto mirándonos a los ojos los dos, sonriendo ambos y estando en este juego preliminar que a veces dice más que el ir directamente a nuestros sexos. Mi pene, como miembro activo de mi cuerpo realizo lo que a todos los hombres nos pasa, se estiro y engordo para indicar a la persona que lo toca que ya está animado, que ya está dispuesto para una buena sesión de jugos por todos lados e incluso de penetraciones donde me dejará meter. Lucia lo sabía, digamos que las mujeres saben jugar muy bien con los preliminares y saben incluso aguantarse las ganas de tener sexo para calentar más el ambiente, que de por sí, la noche o madrugada lo estaba siendo.

Seguía sonando dicha melodía a lo lejos, ya que el móvil estaba dentro de su bolso, y esté tenia ...