No me queda otra que tragar - Relatos Eróticos

No me queda otra que tragar

... directamente dos de sus dedos en mi orificio, metiéndomelos con la dificultad que ello conlleva, y que con algo líquido, acaba por introducirlo con mayor facilidad... uuummm!!.

Y mientras uno está dedicado a este menesteres, siento como el otro le da por chupar mi miembro, verga que la verdad le iba a costar levantar, no porque no me pusiera esa situación, sino por la enorme patada que recibí hace ya unas horas... ooohhh!!. Pero, aun así, el placer que me estaba dando esos labios era de elogios, pues no dejaba en su labor, esa lengua y esos dedos descapullar mi miembro, resbalando sus labios por mi glande... ooohhh!!. E ignoro el tiempo, pero cuando este se apartó, sentí con gran dolor, como ese otro me introducía su miembro, debiéndolo de tener bastante gruesa, pues le costaba metérmela y eso que llego a introducirme hasta tres de sus dedos... aaahhh!!.

Y no sé por qué motivo, pero era como si el efecto de esa somnolencia fuera pasando o al menos en parte, pues en un momento dado en medio de ese placer, mientras seguía aquel individuo embistiéndome. Comencé a separar los parpados, viendo aterrorizado como aquel hombre en efecto era un vagabundo, no tan viejo como llegué a creer, individuo que no parecía de ser de aquí... uuummm!!. Y me dio cierto miedo, dándome por intentar apartarlo, zarandeándome, aunque mi cuerpo no estaba por la labor, posiblemente porque aun seguía mi cuerpo entumecido por los golpes.

Y aquel hombre que no dejaba de penetrarme con fuerza, mientras vi a otro, si este mas mayor, cuya mierda se le apreciaba hasta en el mismo rostro, persona que seguramente fue quien me hizo la mamada. Pues este estaba detrás, meneándose su miembro con una de sus manos, como si esperara su turno para follarme, y darme de nuevo por revolverme, no deseando ni uno y menos el otro.

Y en ese momento, esté ‘sodomizador’ le dio por arrearme una bofetada, y si, esto sí que era un guantazo y no los de antes, golpe que me hizo volver mi rostro hasta darme contra el mismo suelo. Y tan fuerte fue el golpe que, hizo que lo que tenía dentro de mi boca, acabara por lanzarlo. Y en esos momentos, ayudado por esa bestialidad por su parte, pude sentir como se corría, sintiendo como echaba todos sus fluidos en mi interior... uuummm!!.

Acabando uno, y coger el segundo la ‘batuta’, viendo como que en vez de usar mi dilato orificio anal, esté otro, prefirió mi boca, sintiendo nauseas cuando le da por meterme esa polla maloliente, llegando a sentir náuseas y arcadas. Sintiendo el dolor de cuando tiraba de mis cabellos, pues en vez de tomarme por la cabeza, esté le ponía mas controlarme por mis pelos... uuuffff!!. Soltándome de vez en cuando, eso de...

Dice al tiempo de las carcajadas de ese otro, vagabundo que ya estaba el muy cabrón empalmado, deseando volver a metérmela, y decirle a su compañero algo, y que esté le respondió...

Y escuchando la contestación de esté, es cuando comprendo muchas cosas, ya no solo ese dedo metido en mi nariz, o en la ...