1. No me queda otra que tragar


    Fecha: 23/05/2019, Categorías: Gays Autor: Jhosua, Fuente: TodoRelatos

    No me queda otra que tragar
    
    Y recuerdas el día, miento para ser exacto fue la tarde noche, creo que serían las ocho de la noche, cuando estando en casa de unos amigos, me dio por marcharme a pesar que vine con otro. Y creo recordar que, uno de mis compañeros no dejaba de informarme que aquel barrio es de esos no muy recomendados, esos que uno no debe de ir solo.
    
    Y que, tras insistir una vez tras otra, dando por hecho por mi parte es que, estos intentaban que me quedara un rato más con ellos, pues con el que llegue, no tenía ganas de marcharme. Cosa que, tras agradecer a todas sus ganas de quedarme, les hice ver que no me pasaría nada, y que me iría directamente al metro.
    
    Y me marché, dejando a todos allí, no mostrando ni una pizca de preocupación, me fui directo hacia la boca del metro, sabiendo por las explicaciones de uno de estos, que está al menos a media hora caminando. Y que, tras un cuarto de hora, me dio por acortar por unas calles, no recomendadas por la falta de luz, pero que supuse que adelantaría al menos cinco o diez minutos.
    
    Y os debo decir que hasta ahí iba todo bien, cambiando todo en el momento que tome ese atajo, pues iba por la mitad, cuando por un hueco aparecieron tres individuos. Hueco que tuve la torpeza de detenerme, ya que me dio por fijarme bien, pudiendo ver que esto no era otra cosa que el marco de una puerta, pero eso sí, debo decir que sin la puerta.
    
    Y estos tres aprovecharon para acercarse hacia mí, comenzando un interrogatorio a modo de saber por qué coño estaba yo por esa zona, cosa que ni yo mismo sabia bien. Y ante mi silencio, y respuestas que no les satisfacía, comenzaron a empujarme, o al menos uno de ellos, mientras el otro, comenzó a darme flojas bofetadas. Y al mismo tiempo, me decía...
    
    Soltó, y una nueva guantada me dio, y volviendo a decir...
    
    E intentaba explicarme, pero llevado por el miedo, los nervios me podían, sobre todo porque se había apoderado totalmente, temblándome ya no solo el habla sino el cuerpo entero. Y recibiendo una bofetada, al tiempo que el tercero le dio por preguntar...
    
    Dice, y más miedo me da, pues el único dinero que llevaba encima era lo justo para pagar el metro, cosa que me dio por hacerles saber, y que, en esta ocasión, cuando recibí la bofetada de uno de ellos, no era la floja, sino que en esta ocasión me cruzo la cara con fuerza. Y como dije en su momento en la comisaria cuando puse la denuncia, acusándome encima a mí, soltándome aquellos agentes de la ley, eso de...
    
    Pero volvamos a los hechos, finalmente se me echaron encima, registrándome los bolsillos, y viendo que en efecto tenía razón, pues a excepción del móvil, me sacaron del bolsillo ese dinero para mi transporte, quedándoselo ellos. Y ver como tiraba mi móvil al suelo, mientras entre ellos se mofaban del modelo, escuchando a uno de ellos decir...
    
    Y replicar otro...
    
    Y escuchar al tercero decir con cara de mala hostias, soltando al resto...
    
    Decirlo, cuando mientras uno de ellos me ...
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