1. El enfado de Elena


    Fecha: 21/05/2019, Categorías: Masturbación Autor: Chigron, Fuente: TodoRelatos

    ... parecía tremendamente excitante. Y ahora ya engulló toda la prótesis de plástico hacia su interior tocando los puntos que tan sólo una buena polla puede alcanzar, aunque fuera artificial.
    
    Durante un buen rato siguió metiendo y sacando el consolador, firmemente lo hundía en sus entrañas, sintiéndose llena y cachonda perdida, pero le faltaba algo. Le faltaba algo más vicioso, algo que la llevase a experimentar el placer como pocas veces, y que le permitiera superar el morbo de la reciente masturbación.
    
    Así que extendió la mano,cogió su móvil, y a continuación se puso de rodillas. Con una mano activó el móvil mientras la otra continuaba ejerciendo la penetración con el consolador, apoyando el peso de su cuerpo sobre el codo. Y mientras una sonrisa maliciosa se iba dibujando en la cara, buceaba en los archivos de la galería de fotos del teléfono, hasta encontrar una que le había hecho a Pedro un día que quedaron junto a varios amigos en la piscina municipal de su ciudad. Aprovechando su posición en la tumbona y la cámara de primer orden que tiene su móvil, Elena le hizo varias fotos donde se le veía perfectamente y donde se apreciaban los tatuajes y musculatura que a ella tanto le ponían. En ese momento estaba tan excitada que casi podía oler el desodorante de vainilla que él se puso la última vez que se vieron, precisamente porque en una ocasión le confesó lo que le gustaba el olor a vainilla para entonarse.
    
    Y con las fotos en la pantalla, iba pasándolas una a una, mientras imaginaba que él se colaba a la terraza sin que ella lo escuchase, y así como estaba con el culo en pompa la agarraba por las nalgas, poseyéndola de manera que no se pudiese defender levantando su cuerpo somo si no le pesase nada y cubriéndolo de caricias y achuchones. Cuanto más profundizaba en su fantasía, más se abría el grifo de sus líquidos vaginales, que la lubricaban, bajando hasta mojar las sábanas, y que ya se encontraban completamente revueltas.
    
    - Ojalá entrarás por la ventanaaaaaaahhh… y me follarasssssshhhh… y que acabaras corrieeeeennddooottteeeemmmiiiibbboooooocccccaaaaaaa...-
    
    Finalmente notó que un intenso cosquilleó nacía de su coño y se extendía por todo su cuerpo. En ese momento abandonó el móvil y se dejó caer de lado, para meter y sacar frenéticamente el consolador. Sentía como el chocho lo apretaba buscando el máximo placer que éste podía darle, y ella respondía atacando de nuevo su clítoris y frotándolo con sus dedos sin piedad, cada vez más fuerte, a medida que encadenaba un orgasmo tras otro, dejándola casi sin respiración.
    
    Siguió acariciándose durante un poco más de tiempo, mientras que el placer que sentía iba disminuyendo hasta ser sustituido por una inmensa calma que envolvía su cuerpo y su mente, y aún con el dildo metido parcialmente en su vagina, y el calor del ambiente abrazándola se durmió.
    
    Cuando despertó no sabía cuánto tiempo había pasado. Tardó un rato en reaccionar y mirar el reloj, pero apenas habían sido cuarenta ...