Mi paciente se volvió mi esclavo (2) - Relatos Eróticos

Mi paciente se volvió mi esclavo (2)

... a dejar que esto terminara aquí. Así que con mis manos en sus hombros y yo detrás de él, comencé a acariciar suavemente.

Y poco a poco bajé mis manos por sus pectorales.

-También tus pectorales están un poco contracturados.

-Oh… i-imagino….

Lo noté un poco nervioso. Eso me gustó.

Mis palmas de las manos hacían presión sobre sus pectorales y mis dedos llegaron a sus pezones. Con las yemas y sin dudarlo, los presioné ligeramente con un pequeño pellizco.

-Ahhh… doctora….

Soltó un suave gemido, bastante seductor.

Eso, solo fue el gatillo que activó mi calentura. Comencé a presionarlos con un poco más de fuerza y girándolos entre mis dedos

-Doctora, ahhhh… n-no tan fuerte…

-¿Mh? No me digas que no te gusta.

Ya no lo veía como mi paciente. Ya no era mi paciente, era un hombre al que quería tener a mis pies.

Después de pellizcar un rato sus pezones, metí mi dedo índice de la mano derecha a su boca. Cuando lo hice, sentí la humedad de su lengua tocar la yema de mi dedo. A él no pareció disgustarle, pues de inmediato lamió por completo mi dedo.

-Parece que eres bastante travieso, Antonio.

-Ahhh. No doctora…

En mi cabeza ya no había pensamientos cuerdos. Mi mano izquierda se deslizó por su abdomen, toqué su suave piel, y llegué hasta su entrepierna.

-Mira cómo estás. Solo te estoy tocando los pezones.

-Es que se siente muy bien, doctora.

Sentí su abultado pene endurecido a través del pantalón. Instintivamente apreté un poco fuerte y él solo se retorció sutilmente.

Saqué mi dedo de su boca y con ambas manos, desabroché su cinturón y de inmediato su pantalón.

-Levántate y desnúdate.

-¿Todo?

-Dije desnudo. ¿No?

-Si doctora…

Wow. Estoy sorprendida de mí misma.

Jamás he sido así de asertiva en el sexo, siempre soy bastante obediente. Me sorprende que ahora tome esta iniciativa.

Pero, me sorprende más que acepte sin rechistar ni un poquito. (Me gusta, lo admito)

El hombre se puso de pie y comenzó a bajar el pantalón, dejando ver unos bóxers color azul pegados a su cuerpo. Pude ver la silueta de sus glúteos (bien definidos) frente a mí. Sin dudas, una increíble vista.

Con algo de dudas, puso sus manos en el elástico del bóxer y comenzó a bajarlo.

Poco a poco dejando ver sus nalgas morenas y bien definidas

Cuando su bóxer estaba ya en sus pantorrillas, aprecié su figura desnuda. Sus brazos, hombros, espalda, nalgas, y unas piernas bastante grandes. Sin duda se nota el ejercicio.

-Siéntate de nuevo.

-Sí

Sin más, me obedeció de inmediato.

Al sentarse, noté que ni siquiera intentó cubrirse el pene.

Yo estaba detrás de él, viéndolo desde arriba. Vi su pene erecto sin circuncidar, una pequeña parte del glande era visible, rojo, brillante, y el orificio de su uretra también. Increíble… me encanta.

Si fuese una situación normal, no dudaría en bajarme y darle una buena mamada. Pero, debo comportarme. Debo ser la que domina…

-¿Has pensado en mí?

-Si doctora, ...