Mi paciente se volvió mi esclavo (2) - Relatos Eróticos

Mi paciente se volvió mi esclavo (2)

... entró, cerré la puerta y coloqué el seguro.

Es mi última consulta y no espero a nadie, así que cerré la puerta de recepción. Además por seguridad. (Aunque si lo pienso bien… ¿si yo corriese peligro aquí dentro?)

Pero, sin hacerle mucho caso a mi consciencia le indiqué seguirme al consultorio.

Me senté en mi silla, crucé mis piernas y comencé a hablar.

-Cuéntame Antonio, ¿cómo te sientes?

-Doctora, tiempo sin verla. La razón por la que acudo el día de hoy, es porque he traído dolor en mi hombro izquierdo desde hace una 1 semana.

-Oh, muy bien. ¿Dónde te duele exactamente?

Él me señala su hombro izquierdo y yo comienzo con mi interrogatorio, tratando de ser la más profesional. Pero… trato de juguetear un poco con mis pies, moviéndolos de un lado a otro y cruzando mis piernas.

Él, trata de disimular no viéndolos, pero, cuando responde mis preguntas, su mirada está fija en mis pies. Mis pies con un pedicure de color blanco bastante bonito.

Llegó el momento de la exploración.

Me levanto de mi silla y me acerco a su lado izquierdo.

-Voy a mover un poco tu brazo

-Sí doc, muy bien.

Me acerqué a su brazo y lo alcé un poco, haciendo algunas maniobras médicas.

Estaba cerca de él, pude notar su aroma, su perfume era fresco, elegante y hasta cierto punto embriagante. No sé si el perfume olía por sí solo así de rico, o la intriga, y la adrenalina del momento hacían de ese aroma algo más exquisito para mi nariz.

De nuevo, tal vez la calentura me ganó en ese momento. Todo iba normal, era una consulta normal, pero, mi mente me jugó mal de nuevo.

-Necesito revisar mejor, ¿puedes mostrarme tu brazo sin camisa?

-Oh, sí claro doctora.

El hombre no dudó en seguir mi instrucción. Comenzó a desabotonar su camisa, uno por uno. Y aunque yo traté de mantenerme serena, no pude evitar quedarme viendo cómo sus manos poco a poco desabrochaban los botones. Llegó al último botón, su pecho y abdomen eran visibles, tenía vello en el pecho, pectorales, y un poco en el abdomen. Sus músculos son ligeramente visibles, bien definidos. No tenía un 8pack, pero sí un 6 pack definido, que junto con su vello corporal le daban una visión más morbosa.

Sacó solo su brazo de la manga izquierda. Y yo, comencé a explorar. Palpé su hombro con las palmas de mis manos, pude sentir sus músculos bien trabajados, no son grandes, pero se nota el ejercicio físico.

-Muy bien. Debo comparar la movilidad respecto al otro brazo, descúbrelo también.

-Si doctora. Listo.

Sacó su otro brazo y colocó su camisa sobre el escritorio. Sentí el aroma de su perfume cuando dejó caer la camisa.

Intenté mantenerme tranquila e hice lo mismo con su otro brazo.

-Tienes una lesión en el manguito rotador, asumo que haces ejercicio.

-Sí, un poco. Pero al menos todos los días hago ejercicio.

-Si, son lesiones bastante comunes. Pero con analgésicos y relajantes musculares te recuperarás pronto.

-Oh eso es bueno, no pasará a mayores.

-Si…

No iba ...