Mi jefe le rompio el culo a mi esposa
Fecha: 20/05/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... llegar a su totalmente
depilada vagina.
Ana estaba con sus ojos cerrados y con la respiración agitada. Yo me baje el
cierre del pantalón para aliviar la presión.
- Espero Pietro, tenga un poco de paciencia, ya va a tener tiempo de
masturbarse, me sugirió.
Le hice caso, volví a cerrar el cierre. El continuó.
- Su esposa tiene una hermosa vagina, dijo, mientras hurgaba delicadamente en
ella.
- Pero esta vagina tiene dueño y es usted. y yo soy muy respetuoso de eso, me
dijo mientras retiraba los dedos de ahí.
Con Ana nos miramos con asombro.
- No se sorprendan, por respeto al marido nunca le pediría la vagina a una mujer
casada, continuó.
- Distinto es el culo, siempre creí que las colas bellas pertenecen a todos los
hombres, dijo mientras hacía girar nuevamente a Ana.
Eso fue muy excitante para mí, que tuve que hacer un esfuerzo para no eyacular.
También se notó que en mi mujer había hecho efecto, se mordió su labio inferior,
y se ruborizo aún más.
Él puso una mano en la espalda de ella y la empujo hacia delante. Quedo
nuevamente con la cola muy parada a centímetros de su cara.
- Y este culo se nota muy predispuesto, ¿no señor Pietro?, preguntó mirándome
fijamente, mientras se ensalivaba dos dedos y los introducía hasta el fondo en
su hoyito.
Ana pego un grito de placer, el dejo un momento los dedos dentro de su cola y
luego continuó con movimientos lentos, metiéndolos y sacándolos. Lo habrá
hecho una diez veces, suficiente para que mi esposa entre gemidos le regalara
el primer orgasmo.
Saco los dedos y le dio una palmadita.
- Tranquila señora Pietro, todavía falta lo mejor, le dijo con una sonrisa.
Ella seguía en la misma posición y se la notaba muy agitada, un hilo de líquido
transparente corría por sus piernas temblorosas.
- Pietro por favor, vaya a buscar algo para que su esposa pueda limpiarse, dijo.
Dejé el living y fui hacia el baño a buscar papel. Fue un alivio para mí, pude sacar
el miembro y masturbarme un momento, me acomode la ropa y regrese, no
quería perderme nada.
Volví con un rollo de papel en la mano, ahí estaban, Marcos parado frente a ella,
con una mano entre sus glúteos y dándose un fogoso beso.
- Perdón señor Pietro, pero su esposa quiso olerme el perfume de cerca.
Ella me miro, pero inmediatamente metió nuevamente su lengua en la boca de
Marcos.
Nunca había visto a Ana besar tan apasionadamente a otro que no fuese yo. Se
veían las lenguas que se trenzaban y se intercalaban en las bocas.
- Muéstrele a su marido como le gusta mi perfume, decía el, y nuevamente le
metía la lengua en la boca.
- Usted es un hombre de suerte Pietro, su mujer tiene una boca deliciosa, me
decía y volvían a jugar con sus lenguas.
Estuvieron así unos minutos. La escena era súper erótica y yo ya necesitaba
masturbarme y tener mi primer orgasmo. Por suerte él se detuvo.
- Señora Pietro necesito hablar algo a ...