Mi jefe le rompio el culo a mi esposa
Fecha: 20/05/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mezcla de excitación y vergüenza,
yo no esperaba que el viejo fuera tan directo. Por unos segundos todo quedo en
silencio.
- No, no, no me parece, solo atinó a decir ella, visiblemente abrumada.
- Mire señora Pietro, no se ponga mal, tómelo solo como un juego, su marido lo
va a disfrutar, yo lo voy a disfrutar y vera que usted también lo disfrutará.
Ella me miro como buscando mi aprobación. Yo asentí levemente con la cabeza.
Lo miro a Marcos en silencio y se mordió suavemente su labio inferior.
- Así me gusta señora, dijo Marcos claramente excitado.
- Pietro, me gustaría verlo a usted sacándole el vestido, ¿me haría el favor?,
preguntó.
Me incorpore, la tome de la mano y nos separamos del sillón unos metros. Me
puse de frente a ella y ella de espaldas al viejo. Lamente que Marcos no pudiera
ver la cara de puta que tenía Ana en ese momento. El seguía atentamente la
escena sin gesto alguno.
Lentamente le bajé los breteles y los solté. No sé si fue por el tipo de tela o por
la suavidad de la piel de mi mujer, el vestido se deslizó completamente quedando
amontonado a sus pies.
- Que cola preciosa tiene señora Pietro.
- Gracias, dijo ella girando la cabeza y buscándolo con la mirada.
- Retírele el vestido, pero déjele los zapatos por favor, me ordenó.
Así lo hice. Ella temblaba de la excitación, yo a esa altura solo aguardaba nuevas
órdenes. El viejo seguía con su traje y corbata prolijamente ubicado, me
sorprendió que ni siquiera se tocara por encima del pantalón.
- Señor Pietro, me gustaría que me exhibiera esa cola como lo hizo mientras
bailaba en la fiesta, dijo.
Ana se asombró, pero no dijo nada, su calentura ya no se le permitía. Empecé a
bailar despacio, la tomé por las caderas y ella comenzó a moverse sensualmente.
Muy lentamente la fui llevando hacia la posición del viejo hasta ponerle el culo a
unos centímetros de su cara. Bajé mis manos a sus glúteos y repetí la escena del
salón dándole un largo beso.
- Pietro ¿me permite acariciarle la cola a su esposa?, preguntó.
Ana cerro los ojos, estaba que explotaba, yo no dije palabra, solo la acerqué un
poco más, hasta casi rozar su culo con la cara del viejo.
El comprendió que tenía permiso y manoseo suavemente sus glúteos, mientras
Ana paraba más la cola. Le di otro beso y me alejé, no quería perderme nada de
la escena.
- Que hermosa piel tiene señora Pietro, dijo, mientras le acariciaba con delicadeza
todo su cuerpo.
- Gracias, apenas se la escucho decir a ella.
- Realmente tiene una hermosa mujer, señor Pietro, continuó diciendo mientras,
metía su mano entre las piernas de Ana y ella nos regalaba un suave gemido.
- Esta toda mojada señora Pietro, dijo mirándose la mano empapada por sus
jugos.
- Dese vuelta por favor, le pidió.
Ella obedeció. Primero acarició sus pechos que a esta altura tenían sus pezones
muy erectos, luego bajo sus manos por su ombligo hasta ...