La granja - Relatos Eróticos

La granja

Alex se bajó del auto molesto, pues odiaba estar en aquel caluroso lugar, sus padres lo habían castigado obligándole a irse todo el verano para la granja de su tío, la cual por razones que no entiende, no tiene wifi, ni red teléfonica, lo que indica que estará desconectado del mundo.

Sus padres habían tomado esta repentina desicion, por varias razones, la primera: lo habían encontrado mamándosela a un compañero, segundo por lo rebelde que se había vuelto el chico desde que había cumplido los catorce, y por último para que su tío le enseñara a ser un hombre respetable. Alex se siente furioso, pues nunca me ha gustado las granjas, ni los animales y mucho menos el trabajo de obra, y en este lugar tendría que aguantar y hacer todo eso.

Su tío no le ha dirigido la palabra desde que se montó en el auto, y emprendieron el camino hacia la finca, eso fue como hace dos horas, ya que si no hay nada peor que no tener wifi es ni siquiera tener un pueblo o vecinos cerca, la dicha finca está alejada de todo, por esa razón el personal vive en ella, y algunos días al mes se van para visitar a sus familias.

Por el sol que hacía Alex pudo calcular que era mediodía, por lo que agarró bien su pequeño bolso en donde solo tenía un par de muda de ropa y se apresuró a entrar. Su tío iba detrás de él caminando lento, como si el sol no le afectara, Alex ya en la puerta se quedó observando a su tío, el cual para tener cuarenta y cinco años, se encontraba en muy buena forma, su tío no tenía ninguna caña, o por lo menos a simple vista pues Alex nunda lo había visto desnudo, pero eso estaba por cambiar.

—Muchacho, en esta gran casa vivimos todo los de la finca, por lo que debes acostumbrarte al ruido y a ver a un montón de hombres sin camisa— Dijo su tío al llegar a la puerta —aquí las cosas no son como en la cuidad, vivimos en una tinca, por lo que te tendrás que acostumbrar a pararte temprano y ayudar con todo lo que se necesite— Alex no tenía muchas ganas de hablar, por lo que limitó a asentir.

Su tío abrió la puerta y lo guió hacia unas escaleras que daban directo al piso de arriba —En estos momentos no hay habitaciones disponibles, así que dormirás conmigo, y si quieres una habitación propia tendrás que ganártela— al chico no le molestaba tanto que su tío le dijera eso, si no el tono de voz que usaba, como si el fuese su padre o como si estuviese en un servicio militar. —La casa está en remodelación, por lo que los baños se encuentran deshabilitados—

—¿Y como ire al baño?— Oregunto Alex con incredulidad.

—Afuera— Dice su tío— Si quieres cagar abrirás un hueco atrás y cagaras, si te quieres bañar puedes ir al estanque que está detrás o buscar un tubo y llevarlo a donde se te antoje—

Entran al cuarto de su tío, el cual cuenta con un gran closet, una cama matrimonial y un par de mesitas.

—Además— Dice su tío, lo que ocasiona que Alex se ponga nervioso, sabe que lo que viene a continuación no será nada bueno —Cono castigo, yo decidiré cuando ...