1. Mis sensaciones después de ser un sumiso cornudo


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dominama, Fuente: RelatosEróticos

    ... bien.
    
    Mientras me acariciaba el pelo y los hombros con sus manos, me hablaba despacio y con mucha dulzura y me dijo:
    
    “Pedro, te quiero mucho… ¿lo sabes, verdad?. Necesito que estés bien y saber que puedes afrontar estas situaciones. Yo deseo usar a otros para humillarte y disfrutar yo, pero no lo haré si siento que eso te va a romper a ti. Porque a quien quiero es a ti, y no voy a perderte por estos juegos de humillación. ¿Lo tienes, claro, verdad mi amor?”
    
    Yo sigo abrazado a Ella, con mi cabeza entre las piernas y los ojos húmedos. Lo he pasado mal, y ahora que recuerdo cómo disfrutaba de otro hombre, siento que un calor intenso me recorre todo el cuerpo. Y quema. Ella lo sabe y por eso ha decidido que me siente a su lado y cuidarme.
    
    Por fin me decido a hablar, y con los ojos cerrados, le digo:
    
    “Es difícil, mi niña. Mientras estaba pasando, estaba sufriendo, pero tu placer se anteponía a mi sufrimiento o a mi humillación. Disfrutaba viendo cómo te corrías y disfrutabas del invitado aunque me doliera. No estoy acostumbrado, cariño… siempre he sido el juguete, y me plantaba donde me requerían sin otra vinculación psicológica que la del disfrute del momento. Ahora es diferente. A ti te quiero mi vida. Soy tu sumiso, tu puta, tu amigo, tu amante… tu todo… y sentir cómo durante un rato es otro quien te hace disfrutar, duele”
    
    Me interrumpes y con voz algo más firme, me dices:
    
    “Pedro. Es un proceso. Eres un kamikaze y llevo tiempo diciéndote que si no estás preparado, te va a doler. Soy consciente de las ganas que tienes de complacerme, y también de lo que sientes ahora, pero eres el mejor sumiso del que he disfrutado jamás, y tus ansias de superación son mayores que el dolor que ahora te inunda. Sé perfectamente que podrás con ello. Sé que dentro de unas semanas serás tú quién me pida que vuelva a usar a otro juguete para volver a humillarte. Pero es un proceso. Nadie nace aprendido, así que necesito que seas muy sincero conmigo, porque no voy a arriesgar perderte por el morbo de usar a otro hombre junto a ti”
    
    Suspiro y me incorporo. Giro mi cabeza hacia ti, y con ternura te doy un beso en los labios. Esos labios que son mi refugio. Esos labios que nadie besará jamás. Cierro los ojos y me pierdo en ellos… pero cuando me quiero dar cuenta, ambos estamos encendiéndonos, besándonos apasionadamente. Mis manos recorren tu cuerpo. El mismo cuerpo que otro hombre acaba de disfrutar, pero me siento especial. Yo te quiero. Tú me quieres. Y eso me hace especial y distinto a cualquiera que pueda disfrutarte un rato. Somos tú y yo. Juntos. Para siempre. De pronto me separas la cara y mirándome, con esos hipnotizantes ojos verdes me dices:
    
    -”Te quiero a ti, cariño. A nadie más que a ti.Tenlo claro por favor. Te necesito”
    
    Y diciéndome eso te levantas del sofá y te sientas sobre mis piernas… frotando tu delicioso coño contra mi pollita, que empieza a estar dura y mojada para ti. Seguimos besándonos, mis manos no paran de recorrerte, ...