1. Mis sensaciones después de ser un sumiso cornudo


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dominama, Fuente: RelatosEróticos

    Hola. Soy pedro1974madrid, sumiso de DominAma, y siguiendo sus indicaciones, escribiré este relato en su perfil.
    
    Este relato es la continuación del relato escrito por mi Dueña DominAma, en el que explica cómo me humilló usando y disfrutando de un invitado que vino a nuestra casa.
    
    En esta ocasión, me pidió que relatara cómo me sentí desde el momento en el que nuestro invitado se marchó de casa, dejándonos a los dos solos de nuevo.
    
    Allá va, espero que os guste:
    
    _________________
    
    Acaba de marcharse nuestro invitado. Le he acompañado a la puerta y le he despedido con poco entusiasmo. Estoy feliz por estar de nuevo a solas con mi Dueña. Los dos solos y sin tener que estar pendiente de nada ni de nadie que no sea Ella. Al cerrar la puerta, apoyo mi cabeza contra ella y siento que mi culo todavía me duele. También noto la humedad del lubricante que usó ese sumiso para follarme el culo por última vez cayendo por mi entrepierna. Aprieto la mandíbula.
    
    Con pausa, retiro la máscara de látex que cubrió mi cara de ese extraño con quién finalmente mi Ama estuvo disfrutando después de hablar con él durante casi dos semanas vía Skype. Tengo el pelo alborotado y cierta sensación de sudor por toda la cara. Me noto exhausto. Pero seguramente sea un cansancio psicológico más que físico.
    
    Noto que todo me cuesta, y dejo la máscara al lado de la mesa sobre la que mi Ama acaba de sodomizar a nuestro invitado, para luego follárselo en el sofá. Cada rincón del salón está “infectado” por los recuerdos de mi Ama disfrutando con otro hombre, y siento un calor intenso que me sube desde el estómago hasta la garganta recordando cómo se lo follaba mientras me obligaba a tener mi lengua a escasos centímetros de su polla, mientras ella subía y bajaba disfrutando de cada centímetro, hasta correrse en mi cara mientras él se corría dentro de Ella a la vez.
    
    Ella me está mirando, todavía desnuda sentada en el sofá y me dice que me acerque hacia allí. Arrastro los pies. De pronto, me siento cansado y humillado. Pero es una humillación más profunda, desprendida de cualquier atisbo de excitación. Me había advertido que iba a excitarme y disfrutar, pero que también lo pasaría mal… y efectivamente estaba sintiendo que mil imágenes se agolpaban en mi cabeza. Y estaba doliendo por dentro. Esas cosas no pueden esconderse, aunque Ella sabe que intento evitar aquellas cosas que me duelen, fruto de mi desmesurado optimismo por ver el vaso medio lleno. Pero nota mis ojos a medio gas y me dice:
    
    “Siéntate aquí, preciosa. ¿Qué tal estás?”
    
    Sorprendentemente no me dijo que me sentara en el suelo, y pone una mano en el sofá, indicándome que me siente junto a Ella.. La miré con cara triste y me senté a su lado y la abracé fuerte. Estuve un rato sin hablar, mientras Ella me decía dulcemente que había estado muy bien. Que estaba orgullosa de mí. Que sabía que era una puta obediente y que le había gustado humillarme usando a otro sumiso… pero necesitaba saber que me encontraba ...
«1234»