1. Antonella 4


    Fecha: 15/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Apasionado 2, Fuente: TodoRelatos

    ... estuviera allí.
    
    Aurelio abrió la puerta, papa y yo entramos agachados, Aurelio nos siguió. La casa era espartana, sin ninguna comodidad, se notaba que la usaban para sintetizar el virus. Eso si era un edificio tan seguro como un laboratorio, además el edificio funcionaba con un sistema interno, si no estabas conectado a él, no podías usar ni móviles ni otros aparatos eléctricos que funcionaran con Internet. Los pisos de arriba se veían vacíos, pero todo el ruido se concentraba en el sótano, empezamos a bajar las escaleras.
    
    Un punto rojo se posó en mi pecho, después noté un golpe que me tiro al suelo, era Aurelio que me empujo recibiendo él, el disparo. Papa aprovechó esto para deshacerse de aquel hombre con sendos disparos con su arma con silenciador.
    
    • ¿Hermano, estás bien? – pregunté muy preocupada.
    
    • Sí, estos chalecos antibalas son muy buenos, pero que te disparen duele mucho.
    
    • ¿Hijo puedes seguir? – pregunto papá.
    
    • Sí, esperad a que recupere el aliento- dijo Aurelio.
    
    Cuando Aurelio se recuperó, nos movimos con mucho sigilo hacia un pasillo que tenía luz, al final de este se veía una puerta muy robusta. Había dos hombres custodiándola, papa apunto a uno y yo al otro, de dos disparos los dos cayeron fulminados, entones nos acercamos y usando la tarjeta de uno de ellos pudimos abrir la puerta acorazada. Por dentro se veía como si fuera el laboratorio mejor equipado.
    
    Se notaba que el abuelo y Lisandro no habían escatimado gastos, una de las puertas estaba abierta. Era una copia exacta del cuarto que Isabella tenía en nuestra casa de Nápoles. Al entrar vi la mochilita que le compre antes de que toda esta pesadilla empezara, la cogí en mis manos y la abrace. No pude contener mis lágrimas, entonces una mano se posó sobre mi hombro.
    
    Era Aurelio dándome ánimos.
    
    • La encontraremos Antonella, aunque sea lo último que hagamos.
    
    Se escuchó un grito, al acercarnos nuestro padre tenía al científico jefe encañonado, el científico no era tonto y sabía que si hablaba le costaría la vida. La paciencia no era una de las virtudes de nuestro padre. Este coloco el cañón del arma sobre el muslo del científico y disparo, el grito se escuchó por toda la casa.
    
    • Bien, el siguiente disparo será en los huevos, así que si los aprecias ya puedes empezar a hablar.
    
    Aquel científico miró a los ojos a papa y se dio cuenta de que no bromeaba, nos miró y entonces yo le pregunte.
    
    • ¿Dónde está Isabella?
    
    • Habéis llegado tarde, hace un rato que se la han llevado- dijo el científico.
    
    • ¿Llevado a donde? – pregunto Aurelio.
    
    • Al avión privado del jefe, esa niña es la gallina de los huevos de oro.
    
    • ¡Esa niña es mi hija! – mientras le apuntaba con mi arma en la cabeza.
    
    • ¡Estoy perdiendo la paciencia científica!, o hablas, o te quedas sin huevos.
    
    El científico habló, nos dio las coordenadas exactas del hangar donde se encontraba el avión, papa nos dijo que no adelantáramos. Aurelio y yo bajamos al garaje, necesitábamos un ...
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