Paola y Emma 12 - Relatos Eróticos

Paola y Emma 12

... eso se siente muy placentero, pero si sigues así...

Paola apretó y trato de cerrar más sus dedos para envolver mejor la polla de hombre, mientras Paola bajaba sus pies el hombre empezó a eyacular, su semen escurrió por los dedos de los pies de Paola. El hombre terminó extasiado, con una gran sonrisa.

—Qué estimulante, hace tiempo que no me corría con tanto gozo.

—Me alegra que lo disfrutara.

El hombre después de recuperarse se incorporó y salió de la habitación, cuando volvió, Paola ya se había levantado y se estaba limpiando, el hombre le pidió que se sentara en la cama, con tacto terminó de limpiar los pies de Paola, luego en el tobillo le colocó una pulsera dorada con un pequeño brillante.

—¿Y esto? —Preguntó interesada Paola.

—A todas mis ninfas les regalo una tobillera, mi cielo, no estás obligada a portarla, pero si te llego a ver alguna otra ocasión portándola, me complacería bastante.

Paola miró la pulsera de tobillo y no le tomó tanta importancia, pero cuando se levantó y se miró a través del espejo, le gustó como se le veía.

—Me encanta como se ve, la usaré… por algún tiempo al menos.

—Gracias, has hecho muy feliz a este viejo.

—No se olvide de su parte del trato.

—Mi cielo soy hombre de Palabra, el puesto de la profesora está a salvo.

Cuando terminaron, el hombre se ofreció a conseguir un transporte para Paola, pero ella se negó. Cuando Paola salió de la casa del presidente del consejo volvió a llamar a la profesora.

—Perrita, ¿cómo te fue con el fetichista? ¿Te hizo usar los tacones especiales? —Dijo Emma que de nueva cuenta contestaba desde el móvil de la profesora.

—¿Cómo sabe que...?

—Sabes que nada se me escapa, he necesitado de él, así que conozco sus gustos.

—Entiendo, ama, podría hablar con la profesora.

—Sigue estando indispuesta.

—El presidente ha aceptado el trato, así que el puesto de la profesora ya no está en peligro.

—Mmm… deseaba que fallaras, pero igualmente te felicito perrita, le comunicaré tu logro a la profesora cuando sea capaz de entender.

—Gracias, ama.

Al día siguiente Paola se dedicó a seducir y cobrar venganza sobre quienes intentaron dañar al padre de Aldo, una vez que terminó se dirigió al parque donde Aldo le había dicho que estaría para darle la buena noticia, Paola lo reconoció a distancia estaba de espaldas y tenía compañía, Emma. Paola se detuvo a una distancia prudente, no podía hacer nada, salvo mirar y esperar, pero al mantenerse a distancia no podía escuchar lo que decían, pasados unos minutos, Emma se retiró y Aldo se quedó solo sentado en la banca del parque, Paola espero unos minutos antes de ir a verlo. Tratando de fingir que no había visto nada, le presumió a Aldo.

—Está hecho cariño.

—Me alegra, terminaste antes de lo previsto.

—Sí, pero en poco tiempo deberé “alimentarme”, ya que antes tuve que cumplir una orden de Emma y al hacerlo usé de más mi maldición.

—Eso es no bueno.

—¿Pasa algo? Cariño —Preguntó Paola, ...