1. Merche y sus guarradas en el zoo


    Fecha: 26/12/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Cerditoescritor, Fuente: TodoRelatos

    ... su espalda y levantaba su coño unos centímetros para facilitar la entrada de Candela. A su lado quedó Basilio, recuperando su respiración y con la polla morcillona de la que colgaba un hilo de lefa.
    
    Manolo estaba harto de mover a Candela y sabía perfectamente como tratarla. Más de una vez se imaginó en su mente calenturienta vivir una escena como aquella pero poco pensó que algún día la vería hacerse realidad. Y menos con una mujer como aquella. Joven y guapa, pero cerda y guarra al máximo.
    
    Acercó la cola del ofidio al coño de Merche y lentamente, degustando el momento, fue penetrando aquella cueva de placer. Merche se incorporó para no perder detalle de la primera vez que era follada por una serpiente.
    
    -Ufff, joder – soltó la rubia cuando empezó a ensancharse el cuerpo del bicho. El contraste del frio del animal en la calentura de su coño le hizo sentir una sensación nueva para ella. Cuando Manolo llevaba unos 20 centímetros de boa en el interior de la rubia paró. Dejó unos segundos que se acostumbrara al relleno que tenía en el coño y lentamente fue metiendo más. Candela levantaba la cabeza y miraba hacia Merche. Quizás el animalito pensara que valiente puta y guarra era la rubia aquella.
    
    A su vez, Julio empezó a bombear el ojete de Merche, primero a ritmo lento, para empezar pronto con un mete y saca a un buen ritmo. Manolo no sacaba a Candela de aquella cueva calentita. Se limitaba a introducirla más y más.
    
    Merche comenzó a convulsionar. El cuerpo le chorreaba sudor por todos los poros. Sus tetas marrones al igual que su cuello y boca apestaban de forma repugnante. Sus ojos en blanco y su cuerpo saltando como si recibiera una fuerte descarga era la demostración que se estaba corriendo como una cerda. Los más de 30 centímetros de Candela en su interior y los pollazos en su culo la habían llevado al orgasmo.
    
    Unos diez minutos después, nuestra Merche estaba en una placa del ducha en el vestuario de aquellos cerdos. Pero no pensaros que se estaba duchando, quitándose toda la mierda y lefa del cuerpo. La muy cerda se encontraba sentada en el suelo de la ducha. Sus piernas en un charco de meado procedente de los tres machos. En el charco flotaban mojones oscuros, regalo de Manolo. Rodeando su cuerpo, Candela abrazaba a su nueva amiga humana mientras Merche le daba besitos en su fría cabeza.
    
    Pelo, pecho y cintura de la rubia aparecían cubierto de grillos de la caja que a uno de estos degenerados se le ocurrió volcar sobre el cuerpo de Merche.
    
    La rubia, entre beso y beso a la boa, recibía algún escupitajo de los tres machos que alternaban su presencia delante de ella para poder observar semejante perverso espectáculo. Igualmente, escogía algún grillo, que tras llevarlo a su boca y cubrirlo de saliva era llevado primeramente a sus gordos pezones. Allí con sus patas moviéndose frenéticamente los mantenían duros como piedras. Finalmente, su destino era ir a parar al interior del coño para transmitir un placer degenerado a la ...