1. Merche y sus guarradas en el zoo


    Fecha: 26/12/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Cerditoescritor, Fuente: TodoRelatos

    ... recuperando el aliento. El macho peludo sobando las hermosas piernas de la rubia y chupando sus pies. Mientras, su polla morcillona descansaba encima del coño que acababa de regar. El capullo estaba encima de la pelambrera de la rubia. Por su parte, Merche seguía sin correrse y necesitaba urgentemente hacerlo como un perra. Notaba la caliente leche de macho que quemaba en su interior.
    
    -Meterme algo en el coño – dijo en voz alta.
    
    -Espera guapa, que ahora viene- dijo Basilio.
    
    -Que no puedo esperar, joder, que me arde el coño – dijo golpeando con la palma de su mano su abierto coño salpicando muslos de Manolo y de ella misma. Entonces, mirando al suelo, dijo:
    
    -El botellín. Follame con el botellín.
    
    Manolo se agachó y cogiendo el envase comprobó que en su interior quizás llamada por el líquido que aun contenía, una pequeña cucaracha se veía flotando.
    
    En un segundo, el botellín estaba en el coño de la rubia. Un ritmo rápido marcado por el brazo de Manolo hizo que en apenas, dos o tres salidas, ya apareciera ante la vista de todos vacío y sin su habitante. Es decir, a la lefa del interior del coño de Merche se acababa de unir cerveza y una cucarachita.
    
    -Con la parte de abajo, Manolo. Dale la vuelta – dijo Basilio mientras que él había acercado una pequeña caja para al subirse y dejar cerca de la boca de la rubia su cabezona polla.
    
    Manolo no sólo recuperó su ritmo anterior, sino que lo aumentó. El botellín entero se perdía en su interior. El jadeo de Merche aumentó a la par que su sudor y tuvo que soltar la polla del viejo a la que le estaba dando lametazos desde que se la pusieron a tiro. Sus manos ahora se aferraban a los lados de la mesa.
    
    -Ufff sigue, sigue. Que gusto en mi coño. Ahhh – gritaba empezando a correrse sin control.
    
    Manolo aceleró. El exterior del botellín cuando asomaba aparecía con una extraña espuma mezcla de lefa, cerveza y del bicho, ya que pequeñas patitas estaban pegadas en el cristal.
    
    -Me corroooo ahhhhh cabrón ahhhhh – se derramaba la puta de Merche mientras Manolo sacaba el botellín para que todos pudieran ver la fuente en que se convirtió el coño de la rubia. Salpicaba su corrida llenando la mesa, el suelo y los muslos y polla de Manolo.
    
    Pero no todos pudieron ver la corrida de Merche. Julio aparecía en ese momento con Candela en brazos.
    
    Candelita para sus cuidadores, era una boa contrictor de metro y medio que llevaba un año en el zoo. Inofensiva salvo que te quisiera dar un abrazo con apretón, pero hasta ahora nunca había causado ningún problema.
    
    Los ojazos de Merche se abrieron alucinando con lo que acababan de traerle. Aquello era una polla enorme, con vida propia, y lo más importante para su calentura, 20 cm de diámetro. Perfecta para rellenarle el coño. La rubia, a sabiendas que la idea había sido del viejo, no encontró mejor forma que bajando de la mesa, ponerse de rodillas ante él y empezar a darle la mamada de su vida. Aprovechando que la polla era pequeña, la rubia se la metía ...
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