¿Un sueño hecho realidad? (10) - Relatos Eróticos

¿Un sueño hecho realidad? (10)

... trabajo y hacía 9 días que no dormía en su cama. Estaría desesperado por un polvo. O por tres. Ella ansiaba verlo, darle una buena cena, abrazarlo, mimarlo, besarlo hasta quedarse sin aire, pero temía el momento de ir más allá. El tiempo corría hacia atrás como el temporizador de una bomba. Dicen que la sinceridad es la base de las buenas relaciones, pero en este caso, era sinceridad o muerte. No le quedaban alternativas y fustigarse para sus adentros la estaba volviendo loca.

El estudio de Paula tenía terraza exterior, cocina moderna y mucha luz. Apenas superaba los 40 metros pero parecía más grande gracias a la pintura de las paredes y a la decoración.

—Pasa. —Su anfitriona le dio un abrazo—. He dejado comida hecha. Te prohíbo que hagas nada, salvo sentarte y comérnosla. —Sonrió.

Con el estómago lleno, ante dos cafés y los trozos de tarta, llegó la anhelada charla sin cortapisas:.

—¿O sea que tu novio no sabe lo que ha pasado? Oli, no seas niña, tienes que contárselo ya.

—Me sigue sonando raro llamarle novio. Necesitaba tiempo… —Clavó sus ojos en la tarta, sin llegar a comer el bocado que acababa de cortar.

—Lo entiendo. Pero ya ha pasado tiempo. Con un follamigo es fácil, dejáis de veros y listo. Pero si vais en serio, tiene que saberlo. Imagínate que te llama la Policía, vas a declarar o lo que sea. Por el amor de Dios, Oli, esto es algo muy serio. Tú misma lo dijiste.

—Lo sé…

—Porque tal y como te veo, vais en serio. Me da igual que le saques casi 30 años. Sois pareja y tú estás enamorada.

—Hasta las trancas… y nunca pensé que me escucharía a mí misma diciéndolo. —Sonrió sin querer, probando el bocado por fin—. Él también de mí. Jamás había sentido el amor de esta manera. Todo lo que he vivido hasta ahora ha sido una ficción, un ensayo. No aspiro a más, pero tampoco quiero menos. Esto es lo que quiero.

—Más a mi favor. Te estás jugando tu relación. No hay muchos hombres así. Si me dices donde los venden, me encargo uno… —Rio levemente y le tomó la mano.

Oli dejó escapar una risa triste y el silencio escurrió por la cocina mientras picoteaban la tarta. Con las tazas de café ya vacías, retomó la charla:

—¿Y si no me cree? ¿O no lo acepta?

—¿Cómo no te va a creer? Toño no es un tío que hayas conocido una noche en un bar. Es tu pareja, ya lleváis dos meses juntos, habláis de futuro. Ninguna mujer en sus cabales se inventa algo así, Oli. ¿Vas a poner en juego tu felicidad por usar condón un tiempo?

—Tienes razón. Hoy va a venir a cenar a casa. Tiene mucho curro esta temporada y hace días que no nos vemos. Estoy desesperada por no dormir sola. —Apretó la mano de Paula.

—Sé sincera, no tengas miedo. Pero sobre todo, métete en la cabeza que tú no tuviste la culpa. Nunca, en ningún momento y bajo ninguna circunstancia. A ninguna mujer la violan por su gusto. Además… esas bragas pueden ser tu salvación y su condena. —Sonrió.

—¿Sabes algo?

—Hicimos muy bien en ir a denunciar. —Paula mostró los dientes ...