¿Un sueño hecho realidad? (10) - Relatos Eróticos

¿Un sueño hecho realidad? (10)

... acompañado. Buen turno.Respondió con varios emojis de corazones. El hecho de haber dejado las muestras en manos expertas la calmó lo suficiente como para mantenerla en un estado de cordura razonable. Tomó el primer ascensor disponible, echando una carrera antes de que se cerraran las puertas.

Los días siguientes pasaron lentos para Oli, absorbida por el trabajo. Casi agradecía el pico de ingresos por fracturas y prótesis que la mantenía a tope. Antonio terminaba contrato el 10 de septiembre y quería dejar todo concluido, así que durmieron separados bastante tiempo. Hablaban a diario, incluso más de una vez al día. Óscar también seguía pendiente de ella sin atosigarla. Las noches que no trabajaba eran las que peor llevaba Oli, hasta el punto de acabar con las existencias de infusión de valeriana del súper para dormir sola. Nunca, ni siquiera la semana posterior a su separación de hecho —vestidor vacío, heridas, traición, ausencias— aquella cama se le había hecho tan enorme. Paula la acompañó a interponer denuncia a la comisaría. Por fin, seis días después de aquel café confidencial en el sótano 1, Oli acababa de llegar a casa después de hacer la compra, cuando recibió una llamada:

—Alégrate, nena. Tengo los resultados.

—Ya estás tardando…—Le tembló la voz.

—Hay trazas de escopolamina. Ya se puede probar que anuló tu capacidad de consentir. Del resto, nada reseñable. Ni siquiera virus del papiloma. Dale las gracias a ese hombre perfecto que tienes por novio: debe de haber follado con condón toda su vida.

—Menos conmigo… Y no sabes cómo nos gusta—. Dejó escapar una risita.

—Me alegro, pero deberíais usarlo durante una temporada.

—¿Por?

—Dudas con el VIH... Aún tengo que hacer un contraanálisis. Pero no implica que lo tengas. Solo por precaución.

Silencio espeso y frío a través de la línea telefónica. Oli se sentó en un taburete de la isla.

—Paula… —Empezó a sollozar sin hacer ruido.

—Oli, tranquila. Ya sabes cómo va esto. Hay muchísimos falsos positivos. Además, aunque estés sana, es conveniente usar algún método de barrera hasta repetir las pruebas completas en 2 meses. Un contraanálisis no significa nada.

—No significa nada hasta que descubres que eres seropositiva por culpa de un cabronazo… —Se repuso con un bufido sonoro.

—No adelantemos acontecimientos. Del cabronazo también tenemos que hablar. Ven a mi casa cuanto antes, te invito a comer y te cuento.

—Gracias. Eres una amiga con todas las letras.

Al día siguiente, Oli salió puntual del hospital y se dirigió al barrio donde vivía Paula, una zona residencial al norte de la ciudad parecida a la suya, donde había bloques de viviendas y un centro comercial. Desde que se había separado, vivía en el ático de una torre de 12 plantas en una ancha avenida. De camino, paró en una pastelería que también era cafetería y compró dos trozos de tarta de manzana.

Subiendo en el ascensor, Oli pensaba en que ya era septiembre, Antonio tenía que volver a buscar ...