1. Fruta muy madura


    Fecha: 13/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... no estaría para esas cosas y menos con alguien a quien conocía desde niño, así que decidí no seguir por ese camino.
    
    - Ya que estoy aquí me voy a llevar una sandía y un kilo de peras.
    
    - Muy buena elección. ¿Algo más?
    
    - Me llevaría también unas cuantas cerezas.
    
    - Hijo, las cerezas vuelan. Si vuelvesmañana, te guardo todas las que quieras.
    
    - Pues aquí estaré.
    
    - No te arrepentirás, mi fruta es muuuy sabrosa.
    
    Con la tontería, ya habíamos acordado un tercer encuentro consecutivo. Si no quería nada conmigo, lo disimulaba muy bien. No sabía cuantas visitas más podría hacerle sin empotrarla contra el mostrador. Eran pensamientos impropios de alguien que, hasta entonces, solo había tenido ojos para una única mujer. Quizás en alguna ocasión se me distrajo un poco la mirada, pero siempre hacia jovencitas, nunca me había fijado en mujeres maduras.
    
    Un día más, salí del trabajo dispuesto a encontrarme con Menchu. En esta ocasión me esperaba fuera. Cuando accedimos a la frutería, bajó las persianas y me dijo que era para poder charlar tranquilamente, sin que entraran más clientes, ya que era la hora habitual de cerrar.
    
    - ¿Has vendido mucha frutahoy?
    
    - Sí, por suerte, Internet no ha arrasado aún este sector. Aunque todo llegará.
    
    - Eso decía mi ex, que lo acabaría devorando todo.
    
    - ¿La echas de menos?
    
    - A veces, fueron muchos años.
    
    - ¿Puedo preguntar qué pasó?
    
    - Me puso los cuernos. Por el culo. Los pillé en plena acción.
    
    - Dios santo. ¿Contigo hacía eso?
    
    - Nunca, no había manera. Y tiene un culazo...
    
    - ¿De tetas qué tal anda?
    
    - Nada, una tabla de planchar.
    
    Cuando le dije eso, se agarró fuerte las suyas, sacando pecho, nunca mejor dicho. Estaba claro que a la mujer le iba a la marcha y tenía que buscar la forma de aprovecharme de eso. Aunque ella estaba a punto de ponérmelo en bandeja.
    
    - ¿Te acuerdas de la poesía que me recitaste de pequeño?
    
    - No. - Joder, sí que me acordaba.
    
    - Decía así: "si tus ojos son dos uvas y tus tetas dos manzanas, que rica macedonia haría con mi banana".
    
    - Qué vergüenza, ahora me acuerdo. Se la escuché a mi padre y me pareció apropiado para la frutera. Mi madre me echó una bronca enorme al llegar a casa.
    
    - Pues yo estuve semanas riéndome.
    
    - Ya me imagino.
    
    - ¿Te puedo hacer una pregunta?
    
    - Sí, claro.
    
    - ¿Sigues queriendo hacer macedonia?
    
    Acababa de salir el premio gordo. Sin tener que arriesgarme a meter la pata, Menchu se estaba ofreciendo. La posibilidad de tener algo con ella en la mismísima frutería me daba un morbo increíble. El simple ofrecimiento ya me puso cachondo. Le hice un gesto afirmativo y ella no dudó en quitarse la camiseta. Llevaba un sujetador de los que se desabrochan por delante y antes de que pudiera acercarme a ella ya se lo estaba retirando.
    
    Tenía fe en que la gravedad no hubiera causado grandes estragos a la firmeza de sus pechos y mis plegarias habían sido escuchadas. Unos grandes pezones rosados adornaban unas mamas que ...