1. Un delicioso día de playa con mi ex suegra


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos

    ... acabar mi teletrabajo, nos encontrábamos en la piscina, charlábamos, reíamos. Yo salía por la tarde un rato con amigos que vivían todo el año allí, y siempre encontraba luz encendida en su casa al volver. Parecía increíble que una mujer como ella no tuviera llena su agenda de citas.
    
    Una mañana, tras el baño y las bromas de cada día, alegué mi mala nutrición y me invitó a comer una ensalada en su casa.
    
    —Tu madre no me perdonaría que no me preocupara de ti. Y Caty tampoco, te guarda mucho cariño.
    
    Pasamos la sobremesa charlando. La reciente ruptura de ambos nos daba pie a hablar de amores y desamores. Le gustaba la forma de exponer mis ideas sobre la pareja, y a mí me encantaba oírla hablar de una manera tan sincera de sus sentimientos. Le comenté lo que me sorprendía que no saliera.
    
    —Este segundo intento de pareja me ha dejado cansada de hombres.
    
    El señor con el que salió dos meses, estaba enamorado, pero ella fue consciente de que no tenían futuro y prefirió cortar la relación, aun sintiéndose en deuda con él, por haberla rescatado de una etapa en la que se sintió descentrada. Quería darse un tiempo antes de comprometerse con nadie.
    
    —Vente esta noche a tomar algo con mis amigos. Así te devuelvo la invitación de la comida.
    
    —¿Qué hago yo con un grupo de jóvenes? También me han invitado a una fiesta el viernes, y no me apetece ir —cambió su tono—. Si no vuelves muy tarde, pásate a tomar una copa.
    
    La noche en Puerto Banús era monótona, aún no estaba el ambiente a tope. Y en mi cabeza recreaba a Julia en bikini en la piscina, y pensé que me apetecía más su invitación. Me despedí de mis amigos, y sobre las doce llamé a su timbre. Me abrió en short y una camiseta amplia, con el pelo recogido, y una sonrisa abierta.
    
    —No te esperaba ya. Me has pillado sin arreglar.
    
    —Disculpa la hora. Y no te preocupes, ¡estás de revista!
    
    Se soltó inmediatamente el pelo, entró a cambiarse la camiseta por un polo más ajustado, lo que me hizo sospechar que no le era indiferente mi opinión.
    
    Puso música chill out, y me sirvió una copa del vino blanco del que ella bebía.
    
    —¿Qué lees? —pregunté al ver un libro abierto.
    
    —«La Reina Roja», de Gomez-Jurado.
    
    —Yo he leído la trilogía. ¿Te está gustando?
    
    —Es un estilo directo, dirigido a la acción, aunque me parece un poco fantasioso el argumento. Prefiero leer a ver la Tv.
    
    —A mí me pasa igual. Y prefiero esta copa contigo que estar en Puerto Banús.
    
    —¡Vaya piropo! Me estás alegrando estos días. Hablar contigo, prepararte algo de comer ... ser piropeada.
    
    Al acabar el vinito, consideré que era tarde, porque esa mañana habría una conexión a primera hora, del grupo del trabajo para repasar el proyecto. Me dio dos besos cariñosos al despedirme, y dejó sobre mi nariz un penetrante olor a perfume. En las películas ella habría dicho, «por favor, quédate» y me la habría follado.
    
    Los compañeros a través de la video llamada bromearon acerca del color de mi piel, yo simplemente afirmé ...
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