1. Liado con las peregrinas


    Fecha: 16/03/2019, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... colocó un poco mejor y empecé a darle un pequeño masaje por la nuca y el nacimiento de la espalda, se arremangó la camiseta y así fue como se quedó con, la faldita y las bragas y la camiseta arremangada que dejaba medio al aire unas generosas tetas sin sujetador que fue tomando bajo su cuerpo para que el masaje fuese completo.
    
    Cuando le indiqué se dio la vuelta, pero no se bajó la camiseta dejando ver en primer plano sus estupendas tetas, estaba medio berraco y con un pollón que ya salía por la goma del pantalón ella se
    
    agachó y me dio una auténtica lamida en la cabezota del capullo poniéndome como el arco y la flecha, me estrujó los huevos por encima del pantalón y empezó a dudar de que el cacho polla que me gastaba le cupiera. Le dije que no se preocupara que yo hacía maravillas.
    
    Le fui subiendo el masaje con el gel frío, pero al revés del efecto buscado, por lo general eso la ponía más ardiente, pues no paraba de decir que calor tenía, subí aún más las manos por los muslos acercándolos peligrosamente a las ingles, viendo cómo su braga se iba haciendo cada vez una mayor mancha lo cual denotaba como se iba poniendo de jabata.
    
    No debía gustarle lo frontal, pues de nuevo se puso panza abajo se quitó la camiseta y las falditas y se quedó en bragas, indicando eso tan peligroso de ¡Soy toda tuya, dame aceite y calor que me quedo fría ¡
    
    Verla así fue apoteósico, por tanto volví a masajear sus doloridas piernas y luego mofleteé sobre sus nalgas, abrió las piernas con lo cual metí debajo de sus bragas un par de dedos de cada mano, bordeando el canalillo del nalgatorio, eso la puso tensa, subía el culamen y buscaba más contacto, tal y como ella comentaba, llevaba sin catar macho casi hacia 1 año, desde cuando su marido la había dejado por otra más joven y guapa, por su parte como venganza ella se había entregado a lo lésbico.
    
    Metí de lleno las manos bajo sus bragas y pronto mi pulgares entraron de lleno entre el pelamen buscando la raja del chocho que estaba encharcado de lefa se haberse corrido, o al menos de haberse puesto a tono, la puse a cuatro patas y me puse debajo de ella para chuparle las tetas y el chocho desde abajo , luego me puse de rodillas detrás de ellas y aunque la braga dificultaba la penetración le fui metiendo el nabo centímetro a centímetro, boqueaba por no berrear, a la vez que su ojete se abría como una madreselva cada vez que le pasaba los dedos por la zona mientras le daba unos cuantos zurriagazos.
    
    Pero ya cuando el vergón ya estaba a la mitad Encarna echó las manos atrás abrió sus nalgas e hizo que la polla se enterrara en la cueva de susodicha como una exhalación, encontrando una cueva caliente y húmeda, y como no, estrecha, había tenido hijos, pero tenía era un cocho estrechito, al que le dí una serie de fuertes y buenos empellones, a los que no resistía pidiendo ¡dame , dame caña negro cabrón, dejame llena y preñada¡
    
    Lo cierto es que me fui dentro de ella en un santiamén, también ella tras magrearle ...