1. Lucila II.


    Fecha: 15/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... y sin poder perder de vista su mano que sobajeaba su coño.
    
    − ¿Ustedes creen que yo no los he visto?… ¿piensan que porque soy chica no me doy cuenta de nada?– mi hermanita me estaba queriendo decir algo y yo no la quería entender– ¡pero de qué diablos me estás hablando Carolina! … te puedes explicar− le conteste haciendo ver que me sorprendía su suspicacia –pues tú y esa guarra de Lucila … los he visto y sentido follar cuando nuestros padre no están –me la soltó así de sopetón que no me dejaba espacio para alguna mentirilla – tu eres muy pequeña todavía y no sabes nada de nada – le dije con un tono de seguridad que no sentía, mi pene ya se había comenzado a endurecer mirando la entrepierna de mi hermana chica que ella no cejaba de sobajear – mira … o me haces lo mismo que haces con ella … o se lo diré a nuestros padres– me dijo mirándome con sus ojitos que le pestañeaban inocentemente.
    
    − Carolina … tu eres muy chica todavía … no sabes lo que sabe tu hermana – le dije tratando de desalentarla – yo sé lo que ella te hace porque la he visto– me respondió apresuradamente − ¡ah! si … tú crees saber lo que ella me hace … demuéstramelo … hazme ver si sabes – le dije desafiante y ella se quitó su remera dejándome ver dos tetas que eran más grandes que las de Lucila, luego me tironeo mis shorts hasta las rodillas y envolvió mi pene en sus sedosos y enhiestos senos, mi verga endurecida por la situación erótica, alcanzaba sus labios y ella comenzó a mamar mi enrojecida polla.
    
    Esta pequeña me la chupaba como una puta de profesión – ¿dónde has aprendido a hacer esto? … porque lo haces riquísimo – le dije acariciando sus cabellos y abriendo más mis muslos para dejarle más espacio – una amiga me enseño como encontrar sitios porno en mi celular … y ahí hay de todas las guarradas que tú quieras– me dijo entre lamida y lamida − ¿y que más has aprendido? … otra cosa que te haya gustado – le pregunté – quiero que te corras en mis tetas … también en mi cara – me dijo rapidito, sorprendiéndome un poco y comencé a mirarla como a una mujer.
    
    Justo como ella quería, cuando sintió que mis glúteos se endurecían y mis muslos se tensaban, Carolina me dijo que me pusiera a horcajadas sobre su pecho, continuó a chuparme ávidamente hasta que recibió un chorrito de semen en su boca y luego me agarró en sus manos y se roció ella misma sus tetas y su cara, para luego continuar a chuparme hasta la última gota, después me empujó para que me recostara y ella me monto con su chorito sobre mi boca, su chochito casi lampiño brillaba húmedo e invitante, aferré sus caderas y la hice descender sobre mi boca, sus esponjosos y suaves labios eran acariciados por mí lengua y ella comenzó a gemir y a magrear sus redondas y exuberantes tetas, atrapó sus pezones entre sus dedos y los estiraba hacía arriba, haciendo parecer sus pechos todavía más grandes.
    
    Carolina gemía y se quejaba más fuerte con grititos agudos − ¡ooohhh! si … que rico … chúpame más fuerte – me decía tensando sus ...
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