1. La casa de las flores.- Tercera parte


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Julio, Fuente: TodoRelatos

    ... como has dicho ¿Qué es lo que te haaa … faltado?
    
    - Me faltaaaa … que me deje de molestar el coño, - dijo Hortensia rompiendo a reír tontamente – el “peque” me lo ha dejado escocido jajajaja.
    
    - Entonces cuando traigan los cubitos te metes unos cuantos. – dijo Margarita riendo también bobaliconamente producto de su evidente embriaguez – seguro que se derriten rápidamente y te refrescan el chumino.
    
    - Joder, los helados…. – dijo Rosa – En el congelador hay …. unos helados que compre ayer de diferentes …. sabores, voy a buscar uno.
    
    Se levanto y se dirigió a la cocina cruzándose con los tres que volvían con las tónicas, las coca colas y una cubitera con los cubitos de hielo, en un carrito, en el que también habían puesto unos cuencos con frutos secos. Entonces Petunia le dijo:
    
    - Realmente sois unos cielos, venir aquí a mi lado que quiero abrazar a mis hermanitos pequeños.
    
    - Querrás decir mis hermanitas – dijo Azucena con una sonrisa maliciosa – porque lo que es Narciso, de pequeño no tiene nada.
    
    - Joder que graciosa, - dijo Petunia soltando una carcajada – tienes razón, el “peque” es muy grande, y pequeño no tiene nada.
    
    Azucena y Amapola se sentaron sonrientes, una a cada lado de su hermana mayor a la que querían, respetaban y admiraban, por su hermosura, su intelecto y sobre todo por su tamaño, pues Petunia, al igual que Narciso, había salido a la familia de su padre, media metro ochenta y cinco, era rubia natural, tenía un cuerpo escultural y encima era sumamente inteligente.
    
    Por el contrario, Azucena y Amapola, eran más bien bajitas, pues median uno sesenta y cinco, eran morenas con ojos azules claros que en sus caritas preciosas parecían luceros, y en cuanto a sus cuerpos, más bien macizos y perfectamente proporcionados, destacaban sus pechos firmes y sobre todo sus culitos respingones sobre unas piernas perfectas. Muy similar a ellas era Violeta, pero unos cinco centímetros más alta y con unos ojos verdes que cautivaban al que los miraba. En cuanto a Rosa y Margarita, eran muy similares a Violeta, aunque ambas tenían los ojos oscuros, de un marrón intenso y los que se percibía siempre una simpatía y unas vibraciones alegres. Y por fin Hortensia, era una mujerona de un metro setenta y cinco, con un pelo rojizo y lleno de caracoles y una cara simpática y llena de pecas que la hacían parecer una muñeca. No se puede decir que estuviese gorda, pero era de formas rotundas, con unos pechos grandes, duros y firmes, al igual que su culo muy bien parado y respingón.
    
    Se había hecho un silencio en el salón, mientras se escanciaban en sus vasos la bebida y ponían los cubitos dentro, cuando volvió Rosa con varios polos y le pregunto a Hortensia:
    
    - Cual de estos sabores es el que más te gusta, hay de limón, de naranja, de plátano y de fresa.
    
    - Como creo que ya se para que lo traes, - dijo riendo de forma escandalosa Margarita – creo que el más idóneo debe ser el de plátano.
    
    - No me dirás que pretendes que use el polo, para ...
«1234...14»