1. Las Salidas de Silvia


    Fecha: 15/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Físicamente soy una mujer grandota, alta, mido 1.75, tengo cabello largo rizado, soy blanca, Tengo unas tetazas formidables que siempre han sido mi orgullo, desde que me opere ya hace varios años. Los hombres me las quieren comer con las miradas siempre, y, obviamente, los hombres que se me acerca, le gustan las tetas grandes, a menos que solo se acerquen por el morbo de verlas. Tengo una cola ancha, que también es objeto de miradas.
    
    En ciertae gusta que me vista provocativa y a mí me encanta hacerlo, aprovecho estas ocasiones para vestirme sexy y captar miradas. Ese día escogí un short de negro de cuero corto y entallado, la prenda se metía disimuladamente en mi culo y me hacía ver unas nalgas bastante pronunciadas. Para la parte de arriba tomé una blusa de botones roja, que dejaba ver mi ombligo y los botones me hacían enseñar solo el borde de mis senos; para ser sincera me sentía bien buena y no me daba pena mostrarlo. Lo complete con unos tacazos con plataforma negros de 15cm, que obviamente al ponérmelos llegue a medir 1.90 cm, muy alta.
    
    Cuando mi hijo y Marta (la mujer que se queda esa noche a cuidar a mi hijo más chico) me vieron salir del cuarto vestida así, ambos se sorprendieron. A mi hijo no le gustó mucho que su madre se vistiera así, ya que es muy celoso y cuida, y se fue a su cuarto sin decir nada. Marta (mujer de 55 años) me dijo que estaba vestida para matar.
    
    Cuando me pareja mi vio, casi se muere de un infarto. Le sacaba casi 15 cm de diferencia de estatura. Esa noche hacía un calor seco de primavera, estaba ideal para tomar cerveza. Llegamos al lugar y nos sentamos en una mesa reservada, la verdad el lugar no era lo mejor, por el ambiente social. Quiero comentarle que mi pareja me encanta, lo malo es que soy demasiado puta (nunca fie infiel), me gusta estar con él, salir y cojer; A mi pareja le encanta que use ropa interior sexy, siempre uso tangas por lo mismo, luego le gusta que se me noten los tirantes de mi tanga por encima de mi pantalón o falda, así que casualmente a medida que avanzaba la noche y de repente me daba algún beso, me tocaba el culo y sacaba mis tirantes de la tanga para que estuvieran a la vista; yo me dejaba hacer y me encantaba. ¡Esa noche me puse una tanga negra de cuero¡
    
    Volviendo al relato, lo estaba pasando muy bien y ya medio tomada, estaba entrando en ambiente. No soy tonta y me doy cuenta cuando estoy siendo blanco de miradas y cuando no, ese día en especial la mesa de nuestro lado estaba muy activa con las miradas, se trataba de una mesa de tres hombres ya maduros, no se veían muy finos, estaban un poco pasados de peso y eran bastante ruidosos.
    
    Desde donde yo estaba la mesa de los vecinos me quedaba de frente, mi pareja les daba la espalda, así que ellos aprovechaban la oportunidad de dedicarme constantes miradas. En un momento dado tuve que ir al baño, el lugar estaba lleno y el llegar ahí y regresar era toda una odisea, sobre todo para ir al sanitario de las mujeres, el cual ...
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