1. Aventura con la veinteañera del gimnasio (Parte I)


    Fecha: 05/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Escriba de todo, Fuente: CuentoRelatos

    ... las comisuras, la sentía resbalar por mis cojones y caer hasta sus pechos mientras ella se metía los dedos. No podía verla, pero sabía que estaba empapada y eso solo me ponía más. Me sentía muy próximo al orgasmo, deseaba verla con mi corrida en su cara, en su boca, pensar en eso solo me excitaba y calentaba hasta el límite.
    
    — Voy a correrme mi zorra, no tragues. Quiero verte como la puta que eres.
    
    Gemía y noté que asentía conforme. Agarrándola con fuerza sin descuidar el vídeo sentí que comenzaba a largar trallazos de lefa directamente en su boca. Me estaba corriendo como nunca en años, llenando su boca. Parte de la corrida escurría por sus comisuras y la daba un aspecto de zorra increíble. Sacando mi polla de su boca terminé de soltar los últimos chorros sobre su cara de duende. La abofeteé con mi polla y esparcí mi corrida por la cara sin dejar de grabar, resoplando como un toro.
    
    — Eres una buena zorra, mira a cámara y saborea mi corrida, nena.
    
    Obediente saboreo el semen en su boca, lo movía de un lado a otro con una expresión de vicio indecible. La di permiso para tragar y ayudándola a ponerse de pie filmé su coño, empapado y abierto lo justo como para dejarme follarla. Enfoqué sus muslos cubiertos de fluidos y como pasé mis manos por ellos hasta su raja.
    
    — Las zorritas buenas como tú se merecen correrse.
    
    Sin más aviso metí tres dedos en su coño. Los movía deprisa y acariciaba su clítoris a la vez con mi palma. Gemía y se retorcía apoyada en la pared de los servicios, apretando sus pechos cubiertos de saliva y semen y tirando de sus pezones. Sus dulces gemidos eran música para mi y me aseguraba de grabarlo todo. La besaba en el cuello y la daba sutiles mordiscos entre los besos que la estremecían más. Pellizqué su clítoris y lo retorcí sin parar de grabar. La temblaban tanto las rodillas que sabía que no aguantaría más.
    
    — Ah, aaah, aaaah.
    
    Con tres largos gemidos se corrió en mi mano, empapándola. La pasé por su pelo para limpiar parte y la hice lamer lo que quedaba de su propia corrida mientras seguía grabando. Filmé el aspecto de su coño tras terminar y por fin apagué la cámara. Tenía treinta minutos de un video magnífico. Nuria jadeaba agotada pero satisfecha. Su aspecto era el de alguna diosa del sexo, el de la más vulgar de las rameras y también el de la mujer perfecta, al menos para mí.
    
    — Te he enviado el vídeo, podrás verlo esta noche mientras te tocas de nuevo.
    
    — ¿Por qué no me has follado? — Su sincera pregunta me dejó descolocado. No pensé que quisiera ser follada en ese mismo lugar, además, yo no había llevado condones y no parecía que ella tuviese tampoco.
    
    — Porque este no es lugar para eso, quiero follarte en una buena cama, en un sitio bonito. Además, no llevo condones encima, ¿tú?
    
    — No, pero tomo la píldora. Podemos ir a pelo si tú quieres, estoy sana.
    
    Joder. Era una zorra maravillosa. Con esas palabras mi polla volvió a levantar por si sola. Hundirme a pelo en ese coño estrecho, húmedo y ...
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