1. Aventura con la veinteañera del gimnasio (Parte I)


    Fecha: 05/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Escriba de todo, Fuente: CuentoRelatos

    ... endureció al instante, respondiendo a la excitación y el deseo que ambos sentíamos. Mordisqueé su cuello extasiado e inspiré hondo su aroma para que se grabase en mi mente, con el afán de poder recrearlo esta noche en la intimidad de mi baño.
    
    — Esta noche me correré gracias a ti, nena. Usaré tu imagen para masturbarme.
    
    Recuperando su afán travieso se separó de mí y se levantó el jersey aún más, pese al frío. Llevó sus manos a su espalda y soltando el cierre de la prenda consiguió sacarlo sin desnudarse, una habilidad que siempre me ha parecido sumamente erótica. Me tendió la prenda y con los sensibles pechos expuestos al aire gélido sonrió y las agarró, posando como toda una furcia para mí.
    
    — Sácame una foto.
    
    Sonriendo como un lobo saqué el móvil y me hinché a sacar fotos de sus pechos perfectos, su cara de zorra y una en la que ella misma pellizcaba sus pezones. Con cierta dulzura coloqué de nuevo la ropa en su lugar y la di un beso mientras caminábamos hasta su portal. Allí nos despedimos como siempre, entre las sombras del parque habíamos tenido intimidad, pero ahora debíamos ser prudentes, sin embargo, cuando me abrazó no pudo evitar susurrarme al oído un “te quiero”.
    
    Fui hasta casa casi levitando de placer. Por fin se harían realidad todas mis fantasías con esa excitante veinteañera. Nada más llegar fui directo al baño, encendiendo la ducha para crear una coartada de sonido con el agua que caía. Coloqué el móvil donde pudiese ver las fotos de sus tetas perfectas y sacando el sostén me lo acerqué a la nariz para olerle mientras me masturbaba casi con rabia, fantaseando con que la follaba y me la tiraba de mil formas diferentes. Me corrí dentro de las copas del sujetador y en un impulso maligno saqué una foto de la prenda y se la envié por WhatsApp.
    
    Cuando me estaba duchando recibí un nuevo mensaje. Al abrirlo pude ver una foto que me cortó la respiración y me endureció de nuevo. Nuria estaba completamente desnuda, delante de un espejo de cuerpo entero y con las piernas abiertas. Revelaba un coño perfecto, pulcro y recogido, casi virginal. Se lo abría con los dedos y podía ver como salía de él la humedad. Recibí otra foto y esta era un primer plano de ese coño delicioso, más abierto y con dos de sus dedos dentro. El tercer mensaje era un audio, bajé el volumen y unos deliciosos gemidos llenaron la ducha. Se estaba tocando, pensaba en mi y se tocaba mientras. Era toda una zorra joven y cachonda y aquello me ponía.
    
    Me pasé los últimos días antes de navidad en una burbuja de felicidad. Ahora solo íbamos al gimnasio día sí día no, aprovechando los días sueltos para subir aún más la calentura en las sombras de los parques de la ciudad donde el frío y la noche bastaban para tener intimidad. Ella siempre parecía dispuesta a enseñarme su joven cuerpo y yo estaba más que encantado de poder tocarla. Todas las noches la enviaba fotos de mi erección y mi corrida, siempre en el sostén que me dio el primer día, y ella me enviaba fotos, ...
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