1. Las casadas son honradas hasta que las desatienden


    Fecha: 04/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... lamí el otro y le metí y saqué la lengua en el coño varias veces, ella me cogió una mano y la llevó a su teta derecha. Le eché las manos a las dos tetas y magreándolas lamí los labios y enterré mi lengua en su coño muchas veces antes de lamer su clítoris con la punta de mi lengua en todos los sentidos. Sentí que cuanto más apretaba la lengua contra el clítoris y cuanto más aprisa lamía más aprisa gemía ella. Sabía que se iba a correr. Con la lengua plana muy apretada sobre su clítoris aceleré a tope lamiendo de abajo a arriba, hacia los lados, alrededor... Sara hizo un arco con su cuerpo y dijo:
    
    -¡¡Me corro, Enrique!!
    
    Se corrió en mi boca mientras jadeaba y se retorcía. Me encantaba ver cómo disfrutaba.
    
    Cuando dejó de retorcerse y de gemir, subí encima de ella, le metí la polla, apoyé mis manos sobre la cama y le di caña hasta que le llené el coño de leche. Corriéndome cerró las piernas, me agarró el culo, me besó y dijo:
    
    -Sigue.
    
    Mientras me corría no podía ni moverme con el gustazo que sentía. Después le volví a dar a mazo. Sara me besó en la boca, besó y lamió mi cuello y mordió mis orejas por los lóbulos. Eso me dijo que quería que se lo hiciera a ella, y se lo hice. Lamiendo su cuello levantó su pelvis y me dijo:
    
    -¡Qué bueno estás! Dame tu leche, dame tu leche, dame tu leche. ¡Oooh! ¡¡me corro!!
    
    Clavó las diez uñas en mis nalgas y me corrí con ella. Creo que si no fue el mejor polvo de mi vida fue uno de los mejores.
    
    Al ratito volvió a despertar la niña y se acabó la fiesta.
    
    No la volví a ver delante.
    
    Quique.
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