1. Un amo dominante me somete


    Fecha: 15/03/2019, Categorías: Gays Autor: Qurioson, Fuente: CuentoRelatos

    ... apretar contra su cuerpo cuando intuyó que no podía resistir más y estaba por vomitarle encima, no quiero ni imaginar que hubiera pasado si sucedía eso.
    
    Repitió la operación varias veces durante un buen rato, cada vez que me soltaba y permitía respirar libremente, mi cara aparecía empapada por mis lágrimas y mi boca buscaba aire desesperadamente, tenía razón al decir que no era necesario utilizar violencia extrema ni provocar dolor innecesario para ejercer el dominio sobre un esclavo.
    
    Me tuvo chupándole la pija por más de una hora, hasta que decidió llevarme al dormitorio para vejarme, luego aprendí que una vez que lograba tener una buena erección, podía estar horas sin eyacular, es más, en varias oportunidades en las que me sodomizo, no llegó a acabar, mientras yo en esa época todavía podía hacerlo.
    
    Algo que sucedía seguido, era que yo acababa mientras él me estaba cogiendo y no le importaba, seguía dándome por el culo aunque yo suplicaba que se detenga, jamás use la palabra clave, era para mi una cuestión de orgullo no hacerlo, creo que así aprendí a dejarme coger, aunque me hubiera enfriado después de tener un orgasmo en silencio.
    
    En realidad no me llevo al dormitorio, me ordenó que vaya solo y lo espere en cuatro patas al borde de la cama, fui hasta la habitación y lo esperé en esa forma, que es en la que habitualmente espero a un hombre que va a penetrarme.
    
    Los minutos que me hizo aguardar fueron desesperantes, no les puedo describir la sensación que me produjo estar así, esperando y sabiendo que muy pronto ese hombre tan poco comunicativo y autoritario, iba a usarme como hembra y me sodomizaría.
    
    El temor y la ansiedad que sentí estando con mi culito abierto esperando era terrible, ese momento de sumisión es tremendo.
    
    Varios minutos después que me parecieron una eternidad, entró a la habitación y dijo...
    
    -me gusta ver llorar un marica, así que yo te voy a dar ahora mismo una buena razón para que llores.
    
    Se paró detrás mío y me empezó a azotar las nalgas con sus pesadas manos abiertas, no eran las delicadas manos de Alicia, estas eran fuertes y dolían mucho, aun así me propuse soportar los golpes, eran cachetazos así que no podían ser tan grave recibirlos, claro que después de 15 en cada nalga, estas comenzaban a enrojecer y arder y cada golpe dolía más, tenía la costumbre de hacerme una caricia en el instante previo a cada tunda y luego golpear, cosa que me desconcertaba.
    
    Paradójicamente comencé a sentir que con cada golpe, me excitaba aún más, mi pijita lucia bien parada al recibir los azotes y el Amo lo notó.
    
    -te gusta pedazo de puto, te gusta que te pegue, mariquita.
    
    Después de darme 30 azotes, que tuve que enumerar y agradecer uno por uno, pasó la yema de un dedo encremado por mi ano, lo pasó introduciendo parte de él y abriendo mi agujero para lubricarme un poco e inmediatamente puso la punta de la verga en mi ano y me penetró hasta los huevos, grité y lloré como una perra porque fue bastante bruto y ...