El Niñero Perfecto – Capítulo 02 - Relatos Eróticos

El Niñero Perfecto – Capítulo 02

... sádicamente mientras lo perseguía.

Llegó a la puerta principal y al tratar de abrirla se dio cuenta que estaba cerrada, la puerta no tenía seguro, aparentemente, sin embargo, mi puerta es especial y nadie sabe ese secreto, la puerta de la casa no solo se cierra, se sella y nadie puede abrirla, si no sabe de dónde tirar la puerta nunca se abrirá.

Debo darle el mérito, reaccionó muy rápido, cuando la puerta no abrió, trató de llegar a la ventana, pero por la desesperación se olvidó que no hay manera de salir por ella, su rostro fue poesía pura, cuando se dio cuenta que estaba verdaderamente atrapado.

Cuando Ramón nos decía que nadie puede entrar o salir sin su permiso, pensé que estaba haciendo el papel de padre protector, pero este nivel de seguridad es muy diferente, estoy verdaderamente atrapado, soy su prisionero, toda la familia es su prisionero y recién me doy cuenta de ello.

Ramón llegó hasta mí y agarró mi cabello, templó de él hasta que fui a dar al piso, no conforme con eso me arrastró por toda la sala, los gritos que daba hacían que sintiese mi garganta desgarrar, ya no tenía fuerzas, no tenía esperanzas, Ramón haría conmigo lo que se le diera la gana.

Al llegar a la sala me agarró del cuello y me tiró al sofá, todo fue un borrón a partir de ahí, solo recuerdo que me golpeó, no recuerdo mucho más hasta cuando abrí los ojos y me estaba follando con sus dedos de una manera salvaje, brutal y lleno de lujuria.

Agarré del cuello a Dash y lo tiré al sofá, estaba por divertirme mucho con su cuerpo, de alguna manera esto era lo que esperaba, por eso solo le había follado la boca, mi hijo a pesar de ser delicado siempre ha tenido un carácter noble pero fuerte y además es muy decidido.

Elevé mi mano y le di dos cachetadas, sus mejillas se pusieron de un hermoso color rosado, quería ver más, que esté más rosado hasta el punto de que quede de un hermoso rojo y justamente por eso le di muchas cachetadas en forma consecutiva, acerqué mi boca y mordí su hombro descubierto, era la primera marca de amor que debería llevar para que recuerde que el día de hoy le abrí su hoyito.

Mordí fuerte hasta que probé sangre, pensé que escucharía un grito o un gemido de dolor, pero no fue así, al regresar a ver su rostro, mi hermosa hembrita se había desmayado por completo, le di unas cuantas bofetadas más, pero no despertó. Su rostro ya estaba completamente enrojecido y se le empezaba a hinchar, definitivamente hice un buen trabajo.

Desmayado como estaba lo giré y retiré la última pieza de ropa que le había dejado, su pequeño bóxer, el cual le marcaba ese culote. Por fin mi verdadero premio estaba al descubierto, toda esa gimnasia de puta que hace, la verdad es que le ha otorgado una buena figura de avispa y un culo, un sr culo, ese culo por momento a mí me ponía loco y eso que había jurado que no le pondría las manos encima, pero ese culote de hembra siempre me hacía perder la cabeza.

Me hundí en ellas y olían tan rico, olían a ...